Las frutas y verduras son fundamentales en una dieta equilibrada que promueve la salud. Sin embargo, un estudio reciente revela que incluso la ensalada podría no ser tan saludable como se pensaba. El sociólogo Rafael Navarro de Castro, especialista en Extensión y Desarrollo Rural, afirmó que es alarmante la cantidad de alimentos contaminados con pesticidas que consumimos, un tema que raramente se discute.

Navarro pidió, en una conversación con BBC Mundo, que las tiendas y marcas sean transparentes sobre el origen de los alimentos y el nivel de contaminación por pesticidas. Dijo: "Es vital saber qué nos llevamos a la boca. Luego, cada consumidor puede decidir si lo consume o no".

En su libro *Planeta invernadero*, utiliza a Sara, una ingeniera agrónoma, para ilustrar cómo la agricultura moderna está afectando nuestra salud y el medio ambiente. Es crucial entender las diferencias entre alimentos orgánicos y convencionales: los orgánicos están libres de pesticidas y modificaciones genéticas, mientras que los convencionales pueden contener químicos nocivos, hormonas y antibióticos.

La preocupación de Navarro sobre la salud pública es real. Advierte que los pesticidas pueden ser *cancerígenos*, afectar el sistema hormonal y tener repercusiones en la salud reproductiva. Los pesticidas pueden estar presentes en productos tan comunes como el agua del grifo y hasta en la cerveza, y aunque esta información es conocida, la reacción del consumidor es insuficiente.

Es preocupante que se haya normalizado que los alimentos contengan múltiples pesticidas. "No soy de los que dice 'pesticidas cero', pero la fumigación preventiva de cultivos ha llevado a un consumo alarmante de estos químicos", asegura el experto. Además, la comida orgánica suele ser más cara, lo que representa un obstáculo para muchos que desean evitar los contaminantes.

No obstante, Navarro sugiere que un primer paso fácil y accesible es optar por frutas y verduras de temporada, lo que puede ser beneficioso para la salud y la economía.

También destaca la contradicción de vivir en un mundo donde las decisiones alimentarias generan ansiedad. "La gente a menudo prefiere ignorar la información sobre lo que están consumiendo para no sentirse culpable. A veces, saber la verdad puede ser abrumador", reflexionó.

La próxima vez que compres alimentos, pregúntate: ¿estás dispuesto a arriesgar tu salud solo por conveniencia? La información está ahí, pero la decisión es tuya. ¡Infórmate y elige sabiamente!