Los discursos de los países de las Américas durante la apertura de la 79ª Asamblea General de Naciones Unidas este martes coincidieron en describir la peligrosa coyuntura mundial y criticar la incapacidad de la ONU para afrontarla. Sin embargo, las opiniones divergieron en cuanto a las medidas necesarias para revertir esta delicada situación.

Los presidentes de Brasil, Estados Unidos, Colombia, Guatemala y Chile expresaron su profunda preocupación por males como las guerras, las divisiones geopolíticas y la incertidumbre provocada por el cambio climático. En contraste, los líderes de Argentina y El Salvador señalaron que el mundo está perdiendo la libertad y ha tomado un "rumbo trágico" y "sin esperanza".

Las guerras amenazan con expandirse

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue el primero en hablar, expresando su apoyo a Palestina y condenando la ofensiva de Israel en Gaza y Cisjordania, que, según advirtió, se extiende peligrosamente al Líbano. Lula enfatizó que lo que comenzó como un acto terrorista contra civiles israelíes se ha transformado en un castigo colectivo para el pueblo palestino.

Criticando a una ONU “cada vez más vaciada y paralizada”, Lula defendió reformas amplias en varios de sus organismos, abogando por la ampliación del Consejo de Seguridad y cambios en la política de vetos, para que el sistema de Naciones Unidas sea “más eficaz y representativo”.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, respaldó esta línea de pensamiento, vaticinando el comienzo del “fin” de la humanidad debido al “genocidio” en Gaza y otros conflictos. “Cuando muera Gaza, morirá la humanidad”, afirmó con una contundente advertencia.

Guerra a gran escala por el conflicto en Líbano

Por su parte, el presidente de EE.UU., Joe Biden, aseguró que “las cosas pueden mejorar”. No obstante, su discurso advirtió sobre la posibilidad de una “guerra a gran escala” en Oriente Medio, citando la creciente tensión entre Israel y el grupo chií Hizbulá, y refiriéndose también a las guerras en Ucrania y Sudán. Biden mencionó las 1,200 personas asesinadas por Hamás el 7 de octubre de 2023 y las 250 que fueron tomadas como rehenes, sin dejar de lado los 41,400 palestinos muertos en la ofensiva israelí, describiendo la situación como un “infierno” para las víctimas de ambos lados.

Instó a los líderes reunidos a no “bajar la guardia” en su apoyo a Ucrania hasta que se logre una “paz justa y duradera”, abogando por la diplomacia en todos los frentes.

Una nueva era oscura de la humanidad

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, también se refirió a los conflictos en Ucrania, Gaza y Sudán y pidió que el Consejo de Seguridad cumpla con su deber de garantizar la paz mundial. “Es tiempo de rescatar el multilateralismo. No es aceptable que se dejen de adoptar decisiones en favor de la paz por causa de un derecho que ejercen unos pocos”, expresó.

De manera escéptica, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, afirmó que “estamos ante una nueva era oscura de la humanidad”, describiendo a un mundo dividido, deprimido y sin esperanza. Bukele advirtió que el abandono de principios como la libertad de expresión y la igualdad ante la ley puede llevar a las naciones a perder por completo su libertad.

Críticas a la Agenda 2030 de la ONU

El presidente de Argentina, Javier Milei, en su debut en la Asamblea, afirmó que la ONU ha tomado un “rumbo trágico” y rechazó el Pacto del Futuro alcanzado por diversos líderes mundiales. Aunque reconoció que la ONU ha garantizado cierta paz a nivel global, también advirtió que seguir promoviendo “políticas colectivistas” y la Agenda 2030—que él considera un programa de gobierno supranacional de corte socialista—tendrá consecuencias nefastas.

Por su parte, el presidente de Chile, Gabriel Boric, hizo un llamado contundente para “rebelarse contra el doble estándar en derechos humanos”, cuestionando tanto las acciones de Hamás como la conducta de Israel. “No tenemos por qué elegir entre barbaries. Yo elijo la humanidad”, enfatizó.

El drama de la crisis climática

Lula también destacó que el mundo invierte cada vez más en guerras, mientras que las ayudas para los más pobres no llegan y el planeta está sufriendo efectos desastrosos debido al cambio climático, como huracanes, sequías e inundaciones. En su propio país, Brasil, las gravísimas inundaciones en el sur y la sequía en la Amazonía son claros ejemplos de esta crisis.

El mandatario brasileño renovó su compromiso de reducir la deforestación ilegal en un 50% en el último año y medio, apuntando a llevarla a "cero" para 2030 y dialogar con las comunidades indígenas.

Joe Biden también instó a la movilización global para enfrentar “algunos de los mayores desafíos de nuestro mundo”. Por su parte, Gustavo Petro fue aún más lejos al hablar de la necesidad de frenar una crisis climática que ya ha quemado millones de hectáreas de la selva amazónica debido al calentamiento global. “Si se quema la selva del Amazonas, llegaremos al punto de no retorno climático”, advirtió.

Finalizando

Sobre la falta de atención a la problemática climática, Javier Milei acusó a la ONU de imponer una agenda ideológica a sus miembros, resaltando que está convirtiéndose en un modelo de gobierno supranacional controlado por burócratas internacionales. En un contexto donde la paz, la justicia y el futuro del planeta están en juego, es imperativo que las voces de América Latina se unan para enfrentar estos desafíos globales.