«Si preguntas a un estudiante de sexto qué se hace en un centro de salud, la mayoría no sabe qué contestar»..

María Tejero Sanz, una joven doctora originaria de Lérida, ha hecho un llamado de atención sobre la falta de reconocimiento y espacio que recibe la Medicina Familiar y Comunitaria en las facultades de Medicina. Su interés por esta especialidad creció durante unas prácticas rurales en la Seu de Urgell, y su dedicación ha sido reconocida con el Premio al Mejor Expediente MIR de Cantabria en el área de Atención Primaria. Desde siempre, María soñó con ser médico rural, y actualmente se desempeña en el centro de Salud Covadonga en Torrelavega.

Con respecto a su reciente reconocimiento, María expresó: "La verdad que ha supuesto una sorpresa sobre todo, pero también un orgullo, ya que este es un camino muy largo y lleno de sacrificios. Personalmente, no estoy acostumbrada a recibir un reconocimiento de este tipo."

Al ser preguntada si este tipo de distinciones ayudan a los médicos jóvenes en su desarrollo profesional, respondió: "No considero que sea la principal causa de nuestro esfuerzo, pero sí es un incentivo para seguir formándonos y mejorando."

La elección de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria para María no fue casual. "Me parece la especialidad más bonita que existe. Te permite ver al paciente como un individuo completo, considerando su entorno y la comunidad. En la medicina moderna, muchas veces los pacientes son despersonalizados por la alta especialización. Creo que el papel del médico familiar es reensamblar esas piezas y abordar al paciente de manera integral, y eso es algo que me apasiona. Además, la versatilidad de esta especialidad es fascinante; desde el ámbito de la salud comunitaria hasta la atención en paliativos y hospitalización domiciliaria, hay una variedad de salidas. Sin embargo, con la reciente propuesta de hacer de Urgencias una especialidad, el futuro podría cambiar radicalmente."

A pesar de su belleza, María señala que la Medicina Familiar y Comunitaria no es una de las especialidades más demandadas. Ella identifica dos razones clave: el desconocimiento y el desprestigio. "En la mayoría de las facultades, se priorizan otras especialidades sin ofrecer un espacio adecuado para la Medicina Familiar y Comunitaria. Si preguntas a un estudiante de último año sobre las funciones de un médico en un centro de salud, la mayoría no podrá responderte. Es vital darle visibilidad a esta especialidad. Por otro lado, también hay un desprestigio por parte de los propios profesionales, quienes a menudo desconocen la amplia gama de funciones que desempeñamos. La carga burocrática adicional también puede desincentivar a nuevos médicos a optar por esta ruta."

A medida que la atención primaria enfrenta diversos retos, resulta fundamental que se revalorice la Medicina Familiar y Comunitaria, ya que esta especialidad representa el pilar de un sistema de salud más accesible y humano. La formación y el reconocimiento son claves en la transformación de la percepción de esta disciplina médica. ¿Podrá el futuro reescribir la historia de la Medicina Familiar y Comunitaria en España? ¡Solo el tiempo lo dirá!