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¡La IA podría ser la salvación o el fin del fast fashion! Análisis profundo sobre Shein

2024-09-25

Shein ha sido catalogada como la empresa de moda más contaminante de 2023, pero su éxito global no puede ser ignorado. En la actualidad, el gigante chino de la moda rápida lanza hasta 600,000 productos al año y tiene una sólida base de clientes en más de 220 países. Sin embargo, este crecimiento viene acompañado por importantes preocupaciones: su compromiso con la sostenibilidad y los derechos laborales es cuestionado constantemente.

Un estudio impactante de Time revela que, a pesar de las críticas, la dirección de Shein, representada por su director de estrategia global, Peter Pernod-Day, sostiene que están adoptando Inteligencia Artificial (IA) para "reducir el desperdicio de inventario". La compañía espera así mejorar su huella ambiental, anticipando las preferencias de los consumidores y produciendo en lotes más reducidos, lo que podría evitar que las prendas terminen en vertederos.

Sin embargo, este enfoque ha suscitado escepticismo entre los analistas, quienes advierten que la IA en el contexto del fast fashion puede ser un arma de doble filo. El fast fashion, caracterizado por su rápida producción y bajo costo, utiliza materiales de baja calidad que solo pueden usarse entre siete y diez veces, creando un ciclo de consumo insostenible.

Un informe de Greenpeace enfatiza que fibras como el poliéster, muy utilizado en estas producciones, pueden tardar hasta 200 años en descomponerse, contribuyendo así a la grave crisis ambiental. A pesar de los esfuerzos de sostenibilidad, Shein libera aproximadamente 1,200 millones de toneladas de carbono al año, lo que representa el 10% de las emisiones globales, superando a competidores como Zara y H&M.

Para hacer frente a esta crisis, Shein ha anunciado que planea reducir su huella de carbono, acercando la producción a sus mercados principales y fomentando el reciclaje. Según su informe, el 61% de sus emisiones provienen de la cadena de suministro, y el 38% se deriva del transporte de productos a los consumidores.

La utilización de IA, si se gestiona adecuadamente, podría ofrecer grandes beneficios para el medio ambiente. Un estudio del Instituto de Riesgo y Respuesta Climática de UNSW sugiere que las empresas pueden usar esta tecnología para mapear y reducir su huella de carbono. David Grant, coautor de la investigación, afirma que la IA podría mejorar “toda la cadena de valor” y mitigar los impactos ambientales.

Sin embargo, el riesgo de crear un "círculo vicioso de consumo excesivo y explotación" persiste, como advierte Shahriar Akter del mismo estudio. Las marcas pueden predecir la demanda de ropa a una velocidad aterradora, lo que podría intensificar la explotación de los trabajadores en fábricas donde ya están sugestionados a un ritmo de producción extremo.

Además, hay preocupaciones sobre los derechos de autor. Shein ha estado bajo fuego por varias demandas relacionadas con el robo de diseños, evidenciando cómo su algoritmo de tendencias algunas veces no diferencia entre obras protegidas y de dominio público.

La situación es urgente y requiere un equilibrio. Los expertos coinciden en que el uso ético de la IA es el mayor desafío que enfrentan las empresas en la industria de la moda. “La tecnología debe ser un recurso para el cambio positivo, pero no puede ser la única solución”, advierten.

Lo que está claro es que el camino de la IA en el fast fashion podría ser tanto un impulso hacia un futuro sostenible como un desastre en potencia si no se maneja con responsabilidad. El futuro del fast fashion y la IA está en la cuerda floja, y el mundo observa atentamente.