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La Firme con Daniel Guerrero: 'Dejé las adicciones para ver la vida de manera distinta'

2024-11-08

Autor: Valentina

—Soy valdiviano y amo vivir en Valdivia, pero ¡mierda!, tengo más de la mitad de mi vida en estas calles —expresa efusivamente Daniel Guerrero, de 51 años, sentado en la terraza de un café en el concurrido corazón de Providencia.

El cantautor, originario del sur de Chile, se trasladó a Santiago durante su adolescencia, donde se unió a Pablo Castro para formar el famoso dúo La Sociedad en los años 90, un éxito que incluso los llevó a vivir una temporada en México. Tras su separación, Guerrero se enfocó en su carrera como productor y compositor, colaborando con grandes figuras de la música chilena como Luis Jara, Zalo Reyes y Denisse Malebrán.

Ahora, el músico se encuentra trabajando en su nuevo álbum, titulado Cumbia Pop, que incluirá colaboraciones con Leo Rey y Tomo Como Rey. Durante la pandemia, se trasladó a vivir a la selva valdiviana con su esposa e hijos. Recientemente, ha estado en la capital para promocionar su nuevo trabajo, realizando apariciones en programas de televisión y concediendo entrevistas.

Colocolino de corazón, Guerrero lanzó en 2023 una cueca junto a Carlos Caszely como homenaje a María de los Ángeles Guerra, la fallecida esposa de su ídolo. La conexión entre ellos es profunda, ya que Guerrero, tras haber jugado en las inferiores del club, guarda una excelente amistad con el exfutbolista.

En una charla sincera con La Firme, Guerrero repasa su vida y obra, desde sus inicios en Valdivia hasta las dificultades económicas durante la pandemia, su relación con las adicciones y el tortuoso camino de la selección chilena hacia el Mundial 2026.

"¿Recuerdos de mi infancia en Valdivia? Era una vida en blanco y negro, sin tecnología ni celulares. Valdivia era un lugar hermoso, con un cine, pero sin malls. Mis sueños eran simples, como tener una camiseta del Colo Colo."

— Nacido en 1973, mis recuerdos incluyen el régimen militar, que fue el entorno en el que crecí. En el barrio de San Luis, que era popular, había una mezcla de clases sociales y eso me llevó a decidirme por la música. La música popular es un lenguaje simple y universal.

Cuando llegué a Santiago a los 13 años, la realidad fue abrumadora; todo era mucho más intenso. Durante esa época, asistí a conciertos con mi padre, lo que me influyó profundamente. El primer año en la capital lo viví entre locura y melomanía, atrapado en la música.

Su paso por el mundo del fútbol fue efímero, ya que, aunque amaba el deporte, la presión fue demasiado. A pesar de la presión por parte de su padre, que quería que siguiera su legado futbolístico, Guerrero encontró su pasión en la música, aunque con una lucha interna significativa.

Durante su carrera, ha vivido altibajos; un sencillo fracaso lo llevó a una profunda depresión, pero aprendió que los fracasos son parte del camino hacia el éxito. Su vida ha sido una montaña rusa, y su regreso a la música a través del Cumbia Pop representa un nuevo comienzo.

Soy un hombre que no planea nada, simplemente debo seguir fluyendo como cuando era joven. Gustosamente estoy trabajando en nuevos proyectos y siempre buscando la manera de conectar con el público, incluso si eso significa salir de mi zona de confort y participar en programas de televisión que no siempre disfruto.

— La pandemia me llevó a un momento de introspección, donde dejé las adicciones. Ahora tengo tres hijos pequeños y deseo estar presente por ellos. A los 51 años, quiero disfrutar de mis proyectos, y lo que más me apasiona es tocar en vivo. La música siempre será la forma en que conecto con la gente.

Daniel Guerrero no solo es un ícono de la música chilena, sino también un hombre que ha enfrentado sus demonios y que ahora busca redescubrir su arte desde la sinceridad y la humildad. Su camino es una lección sobre la importancia de la reinvención y la búsqueda de la felicidad en las cosas simples de la vida.