
¿La Depresión Puede Contagiarse? El Impacto en el Entorno Familiar
2025-07-02
Autor: Martina
La depresión, a diferencia de la gripe, no se transmite como un virus, pero su influencia en el núcleo familiar puede ser profundamente devastadora. ¿Puede realmente el estado de ánimo de alguien afectar a sus seres queridos? Los expertos aseguran que sí.
La psiquiatra Alejandra Gómez argumenta que la depresión genera síntomas de tristeza y anhedonia, afectando no solo la vida de quien la padece, sino también de aquellos que lo rodean. Este contagio emocional se manifiesta en la irritabilidad y desesperanza, deteriorando las relaciones familiares.
Gómez menciona que vivir con una persona deprimida puede causar angustia y un sentimiento de atrapamiento. Al parecer, este tipo de entornos "tóxicos" impide la vitalidad en las relaciones, creando un ciclo de desánimo.
Por otro lado, el psicólogo Pablo Rafael Santangelo señala que, aunque no es contagiosa en el sentido tradicional, la depresión puede influir en el ánimo de quienes están cerca. Si compartimos emociones, como la tristeza, es fácil que también adoptemos esos sentimientos.
Una reciente investigación en parejas recién casadas encontró que los síntomas de ansiedad y depresión pueden ser contagiosos, estableciendo un vínculo entre la salud mental y las interacciones afectivas.
La psicóloga Hillary Ammon también enfatiza cómo el entorno puede afectar nuestra salud emocional, indicando que los hábitos de una pareja pueden influir casi imperceptiblemente en el otro.
Los expertos sugieren estar atentos a cambios en el estado de ánimo, como tristeza o apatía, y subrayan la importancia de cuidar nuestro bienestar al apoyar a alguien en crisis. Gente que se involucra en ayudar a un ser querido podría sentir que su propia energía se ve comprometida.
Para mitigar estos efectos, las estrategias recomendadas incluyen establecer límites saludables, fomentar ayuda profesional y mantener espacios personales de bienestar. Se enfatiza que cuidar de uno mismo es tan crucial como apoyar a quien sufre.
Finalmente, la comunicación y el apoyo profesional son esenciales para afrontar esta problemática. Se sugiere que las familias consulten a terapeutas para resolver conflictos invisibles que afectan a la dinámica familiar, asegurando un entorno más saludable emocionalmente.