Alan Saldivia dejó a todos sorprendidos al abandonar el campo del Estadio Monumental en el entretiempo del emocionante partido contra River Plate. Este defensor uruguayo regresaba al juego con Colo Colo tras un tiempo inactivo debido a una cirugía por rotura del menisco interno de la rodilla derecha que sufrió a principios de agosto. Esta larga ausencia generó preocupación, especialmente por la gran conexión defensiva que había formado con su compatriota Maximiliano Falcón.

Sin embargo, durante el partido contra los Millonarios, Saldivia se mostró lento y poco preciso, un claro contraste con su destacado nivel habitual. Para complicar aún más las cosas, recibió una tarjeta amarilla que lo llevó a ser reemplazado por Emiliano Amor, una decisión respaldada por el entrenador Almirón, quien destacó los riesgo que representaba mantener a Saldivia en el campo bajo esas circunstancias.

La reacción de Saldivia ante este cambio no fue la esperada. Sentía que había luchado mucho para volver y estaba ansioso por demostrar su valía en un partido de tal magnitud. Su visible molestia se intensificó cuando comunicó que había sentido molestias en la zona operada, lo que encendió alarmas sobre su posible participación en el próximo partido en el Monumental transandino.

No obstante, el cuerpo técnico rápidamente desestimó estas preocupaciones, afirmando que las previas evaluaciones médicas habían confirmado que el jugador estaba en condiciones óptimas. Sin embargo, ante la duda, Saldivia ha estado entrenando de manera diferenciada, lo que pone un signo de interrogación en su estado físico.

Con la posible ausencia de Saldivia, la situación podría volverse crítica para Almirón. Falcón, que fue expulsado tras un incidente con Paulo Díaz, también se perderá el choque en Núñez, lo que deja a la plantilla en una situación complicada. Amor se perfila como su sustituto natural, pero encontrar un reemplazo para Saldivia sería un desafío considerable para el director técnico.

Este domingo, el equipo partió rumbo a Buenos Aires, donde realizarán su último entrenamiento para afinar detalles antes del esperado enfrentamiento con River Plate. La presión está al máximo, y los albos saben que deben dar lo mejor de sí en un estadio donde la historia y la rivalidad se viven intensamente. La incertidumbre en torno a la alineación solo añade más emoción al partido, que promete ser un verdadero espectáculo.