La Ciencia en Peligro: A qué Nos Enfrentamos con la Nueva Era Trump
2024-11-12
Autor: Santiago
La reciente elección de Donald Trump representa una amenaza sin precedentes para la ciencia en el siglo XXI. Con un historial conocido de desprecio hacia la evidencia científica, su administración anterior (2016-2020) dejó claro que sus políticas anticientíficas afectan directamente la salud pública y la educación científica. En su nuevo mandato, Trump ha prometido llevar esta agenda aún más lejos, atacando las bases mismas de la investigación científica en Estados Unidos.
El rechazo explícito de Trump a los acuerdos climáticos y su promoción de un aumento en la producción de combustibles fósiles son señales alarmantes. Este negacionista del clima ha manifestado su deseo de retirar a Estados Unidos de importantes compromisos internacionales, lo que podría tener repercusiones devastadoras no solo para el país, sino para el mundo entero. Además, su enfoque en promover solo ciertos tipos de “buenos genes” hace eco de la ideología eugenésica, mientras demoniza a los inmigrantes y su diversidad.
Un caso especialmente preocupante es su intención de nombrar a Robert Kennedy Jr., un conocido negacionista de vacunas, para un puesto clave en el gobierno. Esto podría llevar a un retroceso en los avances en salud pública y vacunación, precisamente cuando la comunidad científica lucha contra pandemias y epidemias.
Florida, bajo la gobernanza de Ron DeSantis, sirve como un ejemplo claro de la dirección que podría tomar la educación y la ciencia bajo Trump. Se han anulado cursos sobre biología humana, derechos humanos y evolución, mientras que activistas anticiencia han tomado el control de instituciones académicas. Esta dinámica es un reflejo directo de cómo las políticas pueden limitar el acceso al conocimiento científico y empoderar discursos de odio.
Sin embargo, la autocensura se ha convertido en una respuesta alarmante entre los científicos y las universidades. La presión para evitar temas controversiales puede llegar a sofocar investigaciones cruciales relacionadas con el clima, la diversidad y la equidad social. Esto no solo amenaza el desarrollo de la ciencia en EE.UU., sino que también plantea un grave peligro para el avance científico global.
Es necesario que la comunidad científica se una y resista este ataque. La ciencia es fundamental para la salud, la educación y el bienestar de todos. Esta nueva era de potencial represión podría llevar a que la simple enseñanza de conceptos científicos básicos se convierta en un acto de resistencia. Desde la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), se hace un llamado a no solo continuar con la investigación, sino a hacerlo con integridad y un firme compromiso con los derechos humanos y la sostenibilidad ambiental.
Finalmente, el futuro de la investigación científica en EE.UU. podría influir en la dirección que tome la ciencia en otros países. Alrededor del mundo, observamos cómo el anticientificismo puede impactar negativamente la salud pública y la justicia social. Por lo tanto, es momento de alzar la voz, unirse y apoyar a aquellos científicos que enfrentan adversidades, asegurando que el conocimiento científico y la búsqueda de la verdad prevalezcan sobre la ideología y el miedo.