Salud

La Batalla Universitaria en Alicante: ¿Ganadores o Perdedores?

2025-01-15

Autor: Joaquín

El reciente pulso entre la Universidad de Alicante (UA) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) se asemeja a una épica película de John Ford, en la que, al final del día, todos los personajes parecen perder algo fundamental. Durante una reunión clave entre la Generalitat Valenciana y los rectores de ambas universidades, se hicieron evidentes los tensos enfrentamientos por el control de los estudios de Medicina en la provincia.

Comencemos con la figura principal: el rector de la UMH, Juan José Ruiz, quien salió de esta contienda con más heridas de las que quería reconocer. Él fue quien intentó mantener la exclusividad en la oferta educativa de Medicina en la provincia, pero se encontró con la firme oposición de la UA, que ya había presentado su candidatura para ofrecer esta carrera, 25 años después. A pesar de los reveses que recibió, continuó luchando como un verdadero boxeador. Finalmente, aunque logró obtener una promesa de reconocimiento para incluir Enfermería en su oferta académica, esto no aminora el hecho de que la UA ahora puede formar médicos con acceso a prácticas en hospitales, algo que Ruiz intentó evitar sin éxito.

Por otro lado, el Consejero de Educación, José Antonio Rovira, y el Consejero de Sanidad, Marciano Gómez, acompañaron a Mazón, quien pareciera haber llegado a la reunión más que preparado, como un promotor de boxeo listo para un gran espectáculo. Sin embargo, su capacidad para presentarse triunfante se vio comprometida cuando se evidenció que, en realidad, no había logrado imponer restricciones significativas y se vio obligado a aceptar la sentencia judicial que valida el grado de Medicina en la UA. Este desenlace dejó a muchos con la sensación de que la política en ocasiones carece de la sinceridad que el deporte a veces ofrece.

El gran triunfador de la jornada fue la rectora de la UA, Amparo Navarro, aunque su victoria pasó desapercibida en medio del bullicio. Su estrategia fue clara: resistir, aguantar los golpes y esperar el momento justo para responder. Finalmente, controló la situación al asegurar la carrera de Medicina para sus alumnos, así como la promesa de espacios para prácticas, además de anunciar un nuevo título conjunto en Neurociencias e Inteligencia Artificial. Esto representa un notable avance en la diversificación de la oferta académica y refuerza la independencia universitaria, un aspecto crucial en la dinámico mundo académico actual.

Sin embargo, más allá de los logros y las victorias, emerge la reflexión sobre la autonomía universitaria. Esta independencia que estas instituciones han conseguido preservar frente a injerencias externas es un hecho que no se debe pasar por alto. La separación de poderes que alguna vez se vio comprometida en el pasado, tiene ahora un renovado significado en este contexto de rivalidad académica.

En conclusión, aunque la situación podría parecer que todos perdieron algo, también es cierto que la comunidad educativa se beneficiará a largo plazo de esta competencia y colaboración entre las universidades. Al final, lo que realmente importa es que se priorice la calidad educativa y se ofrezcan más oportunidades a los estudiantes. ¿Quién diría que esta historia universitaria podría rivalizar con una cinematográfica? Quizá al enfrentarse a estos desafíos, realmente ganamos todos.