En un evento lleno de glamour y poder como la toma de posesión de Donald Trump, entre los rostros más reconocibles estaban los titanes de la tecnología, incluyendo a Jeff Bezos, el fundador de Amazon. Su historia es un fascinante relato de perseverancia y visión empresarial que lo llevó a convertirse en el hombre más rico del mundo, con una fortuna que supera los 124,000 millones de dólares.

A diferencia de otros magnates como Elon Musk, que creció en un entorno de comodidades, Bezos tuvo una infancia marcada por la adversidad. Nació en Nuevo México en 1964, y su padre biológico abandonó a la familia cuando él era un niño. Su madre, Jacklyn, trabajaba como contadora y se esforzaba para proporcionar lo mejor para su hijo. Con el tiempo, Jeff fue adoptado legalmente por su padrastro, Miguel Bezos, un inmigrante cubano que trabajaba en el sector petrolero.

Desde temprana edad, Bezos demostró ser un prodigio, destacándose en matemáticas y ciencias. No es sorprendente que se graduara en la Universidad de Princeton, donde obtuvo títulos en Computación e Ingeniería Eléctrica. A pesar de tener una carrera prometedora como vicepresidente en la firma de inversión D.E. Shaw, Bezos sentía la ardiente necesidad de emprender su propio camino.

Así nació Amazon. En 1994, junto a su esposa McKenzie, lanzó Cadabra.com, una librería online que rápidamente pivotó a Amazon, una plataforma que ofrecía una gama infinita de productos. Bezos tenía claro que quería innovar, y su visión transformó la forma en que las personas compran, convirtiendose en un gigante del comercio electrónico. Para 1997, Amazon cotizaba en la Bolsa, y su crecimiento fue meteórico.

Sin embargo, este éxito no fue fácil ni estuvo exento de críticas. El estilo de liderazgo de Bezos fue descrito como "despiadado" por algunos ex empleados, quienes notaron un enfoque a menudo intenso y competitivo en Amazon. La empresa implementó mecánicas de compra adictivas que, aunque efectivas, generaron controversia sobre la ética en el comercio.

Más allá de su imperio de ventas, Bezos también invirtió en medios al adquirir The Washington Post por 250 millones de dólares, y en tecnología espacial con Blue Origin, una empresa que busca hacer los viajes espaciales más accesibles. Su riqueza le permite disfrutar de un estilo de vida lujoso; posee mansiones en varias ciudades, aviones privados y un yate impresionante.

No obstante, su vida personal dio un giro con su divorcio de MacKenzie Scott, quien no solo fue su esposa, sino también una pieza clave en la creación de Amazon. La separación fue mediática, especialmente tras la revelación de su romance con la presentadora Lauren Sánchez, lo que provocó un escándalo en el mundo del espectáculo y los medios de comunicación.

Lejos de la adversidad, Bezos parece haber encontrado un nuevo propósito con Sánchez, quien ha sido descrita por él como alguien con una "asombrosa intuición". A sus 61 años, el magnate no tiene intenciones de frenar; su rumbo está marcado por la exploración espacial y mantener su dominio empresarial.

Hoy, la historia de Jeff Bezos sirve como un inspirador ejemplo de cómo la determinación y una visión innovadora pueden transformarse en un imperio global, moldando el futuro del comercio y más allá.