Este lunes, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) se pronunció en respuesta a las acusaciones que surgieron tras la emisión de un reportaje de Canal 13. En este informe se revelan supuestas gestiones realizadas en conjunto con el club Azul Azul para levantar la sanción impuesta a Maikool Muñoz Castro, quien tenía un Derecho de Admisión aplicado debido a graves incidentes ocurridos en enero de este año.

Durante un amistoso entre Coquimbo Unido y la Universidad de Chile en el estadio Francisco Sánchez Rumoroso, Muñoz intentó ingresar de manera violenta al recinto. Tras este hecho, la Delegación Presidencial interpuso una denuncia contra el barrista, aunque esta no avanzó en la Fiscalía. Fue por esta razón que Muñoz solicitó ser eliminado del registro de Derecho de Admisión, con el respaldo del club Universidad de Chile y del gerente de operaciones y seguridad de la ANFP, Felipe de Pablo.

La ANFP, presidida por Pablo Milad, ha rechazado rotundamente las acusaciones, afirmando que nunca ha intervenido ni apoyado acciones para que Muñoz Castro sea eliminado de la lista de Derecho de Admisión: "La ANFP se ha regido estrictamente por la normativa vigente y no tiene ningún vínculo con barras de fútbol chileno", señalaron en un comunicado.

Además, la Delegación Presidencial Regional de Coquimbo, a través de su jefe de seguridad del partido, Daniel Gangas, corroboró que la medida contra Muñoz fue solicitada por Estadio Seguro debido a una denuncia de agresión a un guardia de seguridad en el estadio. Cabe mencionar que en mayo pasado, la Fiscalía Local de Coquimbo decidió no continuar con la investigación en contra de Muñoz, decisión que fue ratificada por el Juzgado de Garantía de Coquimbo, argumentando que los hechos denunciados no eran constitutivos de delito. Tanto el jefe de seguridad de la productora como el club co-organizador manifestaron que nunca solicitaron la aplicación del Derecho de Admisión en contra de Muñoz Castro.

La situación ha levantado un fuerte debate sobre la responsabilidad y la ética de la ANFP en la relación con las barras bravas y evoca preocupaciones persistentes sobre la seguridad en el fútbol chileno. La comunidad futbolística se pregunta si realmente se están tomando medidas efectivas para enfrentar la violencia en los estadios, o si la ANFP está actuando a favor de ciertos clubes en desmedro de la seguridad pública. ¿Cómo afectará esta controversia la reputación de la ANFP y el futuro de la relación entre clubes y sus hinchas? La respuesta está lejos de ser clara.