La Acción Climática: La Prioridad que No Puede Ignorar la Política
2024-11-12
Autor: Sofía
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2023 (COP29) se está realizando en Bakú, y el clima no podría ser más adecuado; los desafíos ambientales están sobre la mesa en un momento donde las tensiones geopolíticas son palpables. Mientras el mundo enfrenta un nuevo auge de nacionalismos y conflictos, el desafío del cambio climático no puede ser dejado a un lado ni detenido por la retórica política.
Los efectos del cambio climático son evidentes y devastadores. Desde los huracanes arrasadores en el Caribe hasta las inundaciones catastróficas en Europa y las sequías implacables en el Amazonas, se observa un aumento en la frecuencia y la intensidad de estos fenómenos. Las estimaciones sugieren que para el 2030, el costo de estos desastres podría ascender a trillones de dólares, impactando gravemente la inestabilidad financiera, especialmente en países vulnerables que ya luchan con altos niveles de deuda.
Al mismo tiempo, el mundo está presenciando una revolución energética positiva. La inversión en energías renovables está despegando a un ritmo sin precedentes, superando la inversión en combustibles fósiles. Un reciente estudio reveló que el 94% de los europeos y el 88% de los norteamericanos ven la adaptación al cambio climático como fundamental, con un creciente consenso de que estas medidas deben ser prioridad en las agendas nacionales.
Increíblemente, el crecimiento económico se está desacoplando de las emisiones de CO2. Desde 1990, la Unión Europea ha logrado reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en más de un 33%, mientras su economía ha crecido un 68%. La Agencia Internacional de la Energía predice que las energías renovables podrán cubrir el 50% de la demanda mundial de electricidad para 2030, lo que representa un cambio monumental. La caída de las emisiones en las economías avanzadas contrasta con la situación en países como China, que están experimentando picos en sus emisiones, pero también están comenzando a adoptar energías limpias más rápidamente.
Después de años de advertencias, parece que la transición verde finalmente está tomando impulso. La energía limpia es ahora más económica que los combustibles fósiles, en gran parte gracias a los avances en almacenamiento de baterías. Esto significa que lo mejor que podemos hacer por nuestro planeta también se alinea con lo mejor para nuestras economías; se estima que cada dólar invertido en adaptación puede ahorrar entre 5 y 7 dólares en costos futuros ocasionados por desastres.
El compromiso empresarial también se está alineando con este cambio. Aproximadamente el 60% de más de 12,000 empresas en la UE y Estados Unidos están invirtiendo en estrategias de transición verde, y el 90% ha adoptado medidas para reducir sus emisiones. La optimización de costos y la gestión de residuos no solo son responsables, sino que son lucrativas. La razón detrás de este cambio no es únicamente la presión internacional, sino un sentido pragmático hacia la sostenibilidad.
El Grupo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) destina más de la mitad de sus préstamos anuales, alrededor de 50,000 millones de euros, a iniciativas que apoyan la transición verde, tanto en Europa como a nivel global. Invertir en infraestructura climáticamente resiliente no solo protege nuestros entornos, sino que también promueve una recuperación más rápida después de desastres naturales como las severas inundaciones que afectaron a España y a otras partes de Europa recientemente.
Sin embargo, para que esta transición sea eficaz, debe ser rápida y justa. Los países en desarrollo y los hogares de bajos ingresos son los más expuestos a los riesgos del cambio climático. El BEI está aumentando significativamente su financiamiento verde, apoyando pequeñas naciones insulares y proyectos que fomentan infraestructura resiliente en todo el mundo.
Este año, los bancos multilaterales de desarrollo movilizaron un récord de 125,000 millones de dólares para proyectos verdes, duplicando la inversión del sector privado en comparación con 2022. Esto es un claro compromiso para avanzar en el financiamiento climático en los próximos años.
La cooperación global es la única vía para lograr un cambio sostenible en nuestro planeta. La transición verde está en marcha, pero es crucial mantener el impulso. Debemos trabajar juntos en foros internacionales para encontrar soluciones inclusivas que fortalezcan la seguridad y el bienestar de las naciones en su conjunto. ¡Todos debemos unirnos por un futuro más verde!