
¡Increíbles Revelaciones sobre Urano y Neptuno gracias a Hubble y JWST!
2025-04-05
Autor: Lucas
Urano y Neptuno, los enigmáticos gigantes de hielo de nuestro Sistema Solar, son los planetas que menos información hemos podido obtener. Desde la visita histórica de la sonda Voyager 2 en 1986 y 1989, respectivamente, la única forma de estudiarlos ha sido a través de potentes telescopios. Recientemente, el equipo del antiguo pero siempre eficaz telescopio espacial Hubble (HST) ha publicado nuevos hallazgos sobre Urano utilizando su espectrógrafo STIS (Space Telescope Imaging Spectrograph).
STIS, que fue instalado en el Hubble en 1997, dejó de funcionar en 2004 pero fue reparado en 2009. Ha observado Urano en varias ocasiones desde 2002, proporcionando información vital sobre su atmósfera. Aunque el 98% de la composición atmosférica de Urano y Neptuno es hidrógeno y helio, curiosamente, poseen una cantidad notable de metano que les otorga un característico color azulado. A lo largo de estos años, STIS ha confirmado que los polos de Urano tienen una ausencia notable de metano, a diferencia de los patrones de distribución en Júpiter y Saturno.
Una de las teorías más intrigantes es que la baja concentración de metano en los polos podría deberse a células atmosféricas que trasladan este gas desde el ecuador. Cuando llega a los polos, el metano se condensa en forma de hielo, lo que explica su escasa presencia en estas regiones. Sin embargo, ¡hay más! La atmósfera de Urano es un espectáculo en sí misma: los cambios estacionales son impredecibles debido a su inclinación axial casi 98°, lo que significa que cada estación dura aproximadamente 21 años terrestres. Actualmente, estamos a un paso de observar el hemisferio sur, que se oscurece a medida que se adentra en el invierno, mientras que el hemisferio norte se ilumina debido al aumento de la insolación y aerosoles.
Otro descubrimiento fascinante ha sido la detección de auroras en Neptuno, gracias al telescopio James Webb Space Telescope (JWST). Aunque Voyager 2 había sugerido la existencia de auroras en 1989, no fue hasta este año que se logró observarlas gracias a la alta sensibilidad del JWST. Este hallazgo resalta que todos los planetas exteriores del Sistema Solar tienen auroras, pero las de Neptuno son increíblemente sutiles y solo son visibles en espectros infrarrojos.
Las auroras de Neptuno, diferentes de las de Júpiter o Saturno, surgen de la interacción de las partículas del viento solar con su atmósfera. La complejidad del campo magnético de Neptuno, que está descentrado y tiene un ángulo de inclinación de 47° respecto a su eje de rotación, provoca que estas auroras no se formen de la misma manera que en otros planetas más grandes y con magnetosferas más organizadas.
Además, se ha observado que la temperatura de la atmósfera superior de Neptuno es aproximadamente la mitad de lo que la Voyager 2 reportó en 1989, lo que también puede influir en la debilidad de sus auroras.
El campo magnético inusual de Urano y Neptuno se origina gracias a la actividad dinámica de su "manto" interno, rico en iones disueltos en agua, rodeando sus núcleos de hielo y rocas. Esto es radicalmente diferente a Júpiter y Saturno, que generan su magnetosfera desde grandes profundidades por medio del hidrógeno metálico.
Estos sorprendentes descubrimientos enfatizan no solo la relevancia continua del Hubble en la ciencia planetaria, sino también la urgente necesidad de enviar misiones espaciales que exploren más de cerca estos dos mundos misteriosos. ¡La era de las grandes revelaciones sobre Urano y Neptuno apenas comienza!