Desde tiempos inmemoriales, hemos creído que la vida comienza con el nacimiento y termina con la muerte. Sin embargo, un nuevo y fascinante estudio revela que este ciclo no es tan simple como pensamos. Investigaciones recientes sugieren que ciertas células, al recibir nutrientes y estímulos bioquímicos, pueden transformarse en organismos multicelulares con funciones completamente nuevas incluso después de la muerte.

Este groundbreaking hallazgo proviene del Dr. Peter A. Noble, profesor de microbiología en la Universidad de Alabama, y del Dr. Alex Pozhitkov, un innovador investigador en bioinformática del centro oncológico City of Hope. Estos científicos compartieron sus sorprendentes descubrimientos en un artículo para 'The Conversation' el pasado 12 de septiembre.

Xenobots: El Futuro de la Biología a Través de la IA

Los xenobots son organismos multicelulares artificiales, generados por inteligencia artificial y que no existen en la naturaleza de forma autónoma. Estas células tienen habilidades extraordinarias, como el desarrollo de nuevas funciones biológicas y la capacidad de adaptarse a las necesidades del entorno en el que se encuentran.

Además, se ha descubierto que los xenobots pueden realizar "autorreplicación cinemática", lo que implica que pueden reproducir su propia estructura sin necesidad de crecer. Gracias a cilios, estructuras similares a pelos, pueden desplazarse dentro de otros organismos. Noble y Pozhitkov argumentan que estos xenobots podrían considerarse "el tercer estado" de la vida, ya que tienen la capacidad de generar nuevos organismos a partir de células muertas.

Desafiando los Límites de Vida y Muerte

Los autores del estudio aseguran que estos sorprendentes hallazgos desafían la noción de que las células y organismos solo pueden evolucionar de forma estrictamente definida. En el mismo estudio, se revela otro descubrimiento asombroso: ciertas células pulmonares humanas pueden "autoensamblarse" para formar mini organismos multicelulares que también pueden moverse a través del cuerpo.

Este avance no solo marca un hito en la comprensión de la biología y la medicina, sino que también abre un nuevo mundo de posibilidades para la regeneración celular y la terapia médica. El futuro parece prometedor y lleno de oportunidades que antes solo imaginábamos.