La actuación de Suede en el Festival REC se destacó como uno de los momentos más memorables de esta edición, celebrando su décimo aniversario. Con el carismático Brett Anderson interactuando con el público y miles de fanáticos coreando los himnos de la banda, fue un espectáculo que quedará en la memoria colectiva.

A pesar de la euforia del evento, pocos conocían el drama que se desarrollaba entre bastidores. Simon Gilbert, el baterista de la banda, sufrió una lesión que casi lo obliga a cancelar su participación en el recital. Durante el ajetreo previo a su presentación, la situación se tornaba crítica, pero en ese momento crucial, apareció Juan Pablo Burgos, un kinesiologo y osteópata, quien se convirtió en el héroe inesperado de la jornada.

Juan Pablo, director de la clínica Kinetic, se encontraba en el festival atendiendo a artistas cuando recibió un llamado urgente. ‘Estaban ‘con un problema grave con el baterista de Suede, no puede tocar porque está tieso’. Fui al camerino y me encontré con Simon en muy mal estado’, relata Burgos.

La historia comenzó días antes, el 13 de marzo, cuando Suede ofreció un concierto en el Movistar Arena. Desde ese show, Simon había estado lidiando con intensas molestias en su muñeca, lo que lo llevó a buscar atención médica. Sin embargo, el avance del dolor fue tan rápido que simplemente no podía tocar en ese momento crucial.

El equipo técnico de la banda, enfrentando la posibilidad de una cancelación, ya tenía un plan alternativo: elevar a dos bateristas sustitutos, Martin y Neil. Pero el tiempo apremiaba y la presión en el camerino era palpable. ‘Todo era un torbellino; los miembros de la banda se preparaban con la adrenalina a mil’, recuerda Juan Pablo.

El tratamiento se llevó a cabo en pleno camerino. ‘Comencé a trabajar con él, le hice un tratamiento de osteopatía y todo empezó a cambiar’. Según Juan Pablo, el ambiente se tornó de incredulidad a esperanza; en cuestión de minutos, Simon comenzó a sentirse mejor. ‘Me dijo: ‘Estoy totalmente suelto, puedo tocar’, recuerda con emoción el kinesiologo.

El tratamiento resultó ser un éxito, y Simon pudo recuperar completamente su movilidad. ‘Él estaba asombrado de que el dolor había desaparecido por completo’. Juan Pablo destaca que tuvo la oportunidad de conversar con algunos fans que llegaron de sitios lejanos como Brasil, Italia y México, quienes también estaban ahí para disfrutar de la música de Suede.

Al finalizar el recital, los miembros de la banda no quisieron dejar pasar la oportunidad de agradecer a Juan Pablo. ‘Simon me invitó a su camerino, me agradeció y me dijo que se había sentido impecable en el escenario’. Fue un momento único, no solo de gratitud, sino de camaradería que culminó con un par de fotos de recuerdo. ‘Estoy muy agradecido de haber podido ayudar y que todo haya salido bien’, concluye Burgos, satisfecho de haber sido parte de un capítulo tan emocionante en la historia del festival.