Ciencia

¡Increíble! La violencia deja huellas genéticas que perduran por generaciones

2025-03-11

Autor: Camila

Un impactante estudio publicado en la revista Scientific Reports ha revelado que la violencia puede dejar marcas genéticas en las generaciones futuras. Investigadores analizaron a los descendientes de mujeres que sobrevivieron a la devastadora masacre de Hama en Siria en 1982. Este fenómeno, hasta ahora documentado solo en el reino animal, muestra cómo el 'estrés' se transmite a través de generaciones humanas.

En el análisis, se descubrieron 14 áreas del genoma en los nietos de las sobrevivientes que mostraron modificaciones debido a las experiencias traumáticas vividas por sus abuelas. Estos cambios epigenéticos, que no son alteraciones en el ADN, indican que el trauma psicológico puede dejar una impronta bioquímica en los genes de las próximas generaciones.

La masacre, ordenada por el entonces presidente sirio Hafez al-Assad, resultó en la muerte de entre 10,000 y 25,000 civiles, quienes sufrieron un asedio brutal. Esta tragedia dejó secuelas no solo en los sobrevivientes, sino también en sus familias, afectando su salud y bienestar en formas que aún no comprendemos completamente.

La principal autora del estudio, Connie Mulligan, profesora de Antropología e investigadora del Instituto de Genética de la Universidad de Florida, enfatiza la importancia de reconocer que el trauma y la violencia tienen repercusiones que pueden influir en comportamientos y condiciones sociales en generaciones posteriores. Esto podría abrir un camino hacia una mayor empatía y un enfoque proactivo por parte de los responsables de la formulación de políticas para abordar la violencia en sus múltiples formas.

Mulligan también sugiere que estos hallazgos pueden ayudar a explicar los persistentes ciclos de abuso, pobreza y trauma que afectan a comunidades en todo el mundo, incluidos lugares como Estados Unidos. La investigación plantea la posibilidad de que las experiencias traumáticas vividas por una generación puedan afectar no solo su vida, sino también la de sus descendientes.

Metodología

La investigación fue llevada a cabo en colaboración con la bióloga molecular Rana Dajani y la antropóloga Catherine Panter-Brick. Se centró en tres generaciones de inmigrantes sirios en Jordania, donde algunas familias habían experimentado el ataque de 1982 y otras vivieron el reciente conflicto civil en Siria. Las muestras de ADN se obtuvieron de 138 individuos de 48 familias, incluyendo a mujeres embarazadas durante esos conflictos y sus descendientes.

Además, se estableció un grupo de control compuesto por familias que emigraron antes de 1980, con el fin de evaluar los efectos del trauma en el ADN de quienes vivieron directamente la violencia.

Los resultados revelaron 21 sitios epigenéticos en el genoma de aquellos que enfrentaron la violencia en Siria, sugiriendo un envejecimiento epigenético acelerado entre las personas expuestas a la violencia desde el útero. Este descubrimiento resalta la urgencia de estudiar cómo las experiencias traumáticas afectan la salud y la calidad de vida de las personas, así como abordar otras formas de violencia, incluyendo la doméstica y la sexual. La afirmación de Mulligan sobre la necesidad de una investigación más profunda en estos temas es clara: el trauma debe ser tratado con seriedad y atención.