
¡Increíble! La Verdad Sobre la Amnesia Infantil y los Recuerdos en los Bebés
2025-03-21
Autor: Santiago
Los primeros años de vida son un periodo crucial de desarrollo y aprendizaje, pero curiosamente, no podemos recordar experiencias específicas de esa época, lo que se conoce como amnesia infantil. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Science ha puesto en jaque esta creencia común, revelando que los cerebros de los bebés sí son capaces de formar recuerdos.
La gran incógnita sigue siendo: ¿por qué es tan difícil recuperar estos recuerdos más adelante? Nick Turk-Browne, profesor de psicología en Yale y autor principal del estudio, expresó su fascinación por este enigma: "Siempre me ha intrigado este misterioso vacío en nuestra historia personal".
Investigaciones anteriores han sugerido que los niños, alrededor del año de edad, se convierten en aprendices excepcionales, adquiriendo habilidades como el lenguaje y habilidades motoras. Sin embargo, todos esos significativos hitos caen en el olvido, lo que plantea un desajuste entre la plasticidad del cerebro y la posibilidad de recordar esas experiencias más adelante.
Aunque Sigmund Freud, el pionero del psicoanálisis, propuso la teoría de que estos recuerdos se reprimen, los avances científicos modernos han descartado en gran medida esta idea. Actualmente, se atribuye este fenómeno a la inmadurez del hipocampo, el área del cerebro responsable de la memoria episódica, que no se desarrolla completamente durante la infancia.
El interés de Turk-Browne se vio impulsado por descubrimientos previos que indicaban que, aunque los bebés no pueden verbalizar recuerdos, sus patrones de comportamiento, como observar objetos familiares durante más tiempo, pueden develar mucho sobre su capacidad de recordar. Recientes estudios en roedores también han demostrado que los engramas, los patrones de células que guardan recuerdos, se forman en el hipocampo de los bebés, pero se vuelven inaccesibles a medida que crecen, aunque pueden ser reactivados mediante técnicas que estimulan las neuronas con luz.
Para explorar este fenómeno, el equipo de Turk-Browne desarrolló un enfoque innovador que llevó a cabo escaneos de resonancia magnética funcional de los cerebros de 26 bebés, utilizando métodos creativos que implicaban el uso de chupetes y mantas para mantener la calma de los bebés durante el procedimiento. A través de un ejercicio adaptado que involucra mostrar imágenes a los bebés y evaluar sus reacciones, se pudo medir la actividad del hipocampo durante la formación de recuerdos.
Los resultados fueron sorprendentes. Se encontró que el hipocampo muestra actividad significativa en bebés de más de un año en tareas de memoria, mientras que estos hallazgos no se replicaron en los más jóvenes. Los bebés que mejor recordaron las imágenes mostraron mayor actividad en el hipocampo, lo que llevó a los investigadores a concluir que los bebés pueden codificar recuerdos episódicos a partir del año de edad.
Sin embargo, la pregunta aún persiste: ¿qué ocurre con estos recuerdos a medida que los niños crecen? Puede que nunca se consoliden, o que persistan de manera latente, volviéndose inaccesibles con el tiempo. Turk-Browne está llevando a cabo una nueva investigación para determinar si los bebés y niños pequeños pueden reconocer videoclips grabados desde su propia perspectiva cuando eran bebés, con resultados preliminares que sugieren que estos recuerdos podrían durar hasta alrededor de los tres años antes de desaparecer.
Este hallazgo no solo arroja luz sobre el funcionamiento de nuestra memoria en los primeros años, sino que invita a una futura exploración sobre la posibilidad de reactivar esos fragmentos de la infancia, potencialmente cambiando nuestra comprensión de cómo recordamos.