En un sorprendente giro de eventos en Bangor, Maine, los medios estadounidenses han cubierto el impactante caso de Aric Houghton, quien fue arrestado en dos ocasiones en la misma semana por acusaciones de violencia doméstica.

El portal Law and Crime reveló que en su segundo arresto, Houghton tomó medidas extremas y se cortó el rostro con una navaja de afeitar con el fin de culpar a su novia de agresiones. Este acto radical ha desatado un debate sobre la manipulación en casos de violencia doméstica.

Según informes, el primer arresto de Houghton ocurrió el 7 de enero, cuando las autoridades respondieron a un incidente en su departamento, donde supuestamente golpeó a su pareja. A pesar de la gravedad de las acusaciones, fue liberado temporalmente mientras se desarrollaba la investigación.

Sin embargo, el 9 de enero, Houghton se presentó ante la policía, alegando que su novia lo había atacado. En un intento por respaldar su historia, había hecho cortes en su propia cara con la navaja de afeitar. "Cuando los agentes llegaron, encontraron a Houghton sangrando y él insistió en que la mujer del día anterior le había causado las lesiones", informaron las autoridades.

El desarrollo del caso se intensificó cuando la novia de Houghton fue localizada. Ella relató que él había utilizado una llave para entrar a su casa y actuar de manera agresiva, afirmando que "sentía que él estaba allí para matarla". Sorprendentemente, la mujer fue testigo del momento en que Houghton se hirió a sí mismo.

Después de recibir atención médica, Houghton fue arrestado nuevamente por violar una orden de alejamiento y por los nuevos cargos de violencia doméstica, agresión agravada, obstrucción a la justicia y violación de libertad condicional.

Este inquietante caso ha captado la atención no solo en Maine, sino en todo EE.UU., destacando la compleja naturaleza de las acusaciones de abuso y la desesperación que puede llevar a algunos a cometer actos extremos. Houghton permaneció en prisión mientras continúan las investigaciones, y se espera que el caso sirva como advertencia sobre las graves consecuencias de las falsas acusaciones en situaciones de violencia doméstica.