Emilia Ríos, la exalcaldesa de Ñuñoa y actual figura del Frente Amplio, se encuentra en el ojo del huracán tras las declaraciones del actual alcalde, Sebastián Sichel, quien afirmó haber encontrado el municipio con un déficit financiero alarmante. Ríos no se quedó callada y en una contundente respuesta afirmó que la comuna cerró el año 2024 con un superávit que supera los $9.6 mil millones, muy lejos del déficit de $630 millones del que habla Sichel.

En declaraciones exclusivas a Radio ADN, Ríos acusó a Sichel de hacer 'acusaciones graves sin pruebas' y defendió la gestión anterior, argumentando que no existe la crisis financiera que su predecesor ha denunciado. "No hay déficit, sino un importante superávit", enfatizó Ríos, que también hizo eco de la opinión de la Contraloría, señalando que las observaciones administrativas no representan un problema serio.

El informe financiero oficial de la Municipalidad de Ñuñoa para el cuarto trimestre de 2024 muestra ingresos totales de $93.129 millones contra gastos de $83.510 millones, lo que claramente respalda la afirmación de Ríos sobre el superávit de $9.619 millones. Esta cifra ha levantado sospechas entre los seguidores de Sichel, quienes creen que esta gestión podría estar optimizando las cifras por motivos políticos.

Con un tono firme, Ríos cuestionó el enfoque de Sichel, diciendo: "Parece que el alcalde está más interesado en captar atención mediática que en abordar los verdaderos problemas de nuestra comuna. Insisto en que esos comentarios son distorsionados y engañosos para nuestra ciudadanía".

A pesar del conflicto, Ríos se mostró optimista y decidió no iniciar acciones legales contra Sichel, alegando que se enfrentaba a un 'ataque orquestado' hacia su imagen pública. En cambio, sugirió que las supuestas irregularidades se aclararán en su momento.

Por su parte, Sebastián Sichel no tardó en responder, defendiendo su postura y afirmando que el informe que presentó se basa exclusivamente en gastos hechos y no en aquellos que están comprometidos. Según él, el municipio aún enfrenta un déficit de $630 millones, además de una deuda que se estima podría llegar a los $2.500 millones, derivada de obligaciones no pagadas por las corporaciones de Educación, Salud, Deporte y Cultura.

A medida que avanza el tira y afloja entre ambas partes, la comunidad de Ñuñoa observa con atención. Lo que se presenta como un debate polémico sobre las finanzas municipales podría tener implicaciones más amplias en la política local y en la próxima elección, generando un clima de incertidumbre y expectativa. ¿Quién saldrá victorioso en esta batalla por la verdad financiera de Ñuñoa?