
¡Increíble! Este parásito podría adueñarse de tu cuerpo y eliminar tu dolor
2025-08-31
Autor: Antonia
El asombroso Schistosoma mansoni
El Schistosoma mansoni, un pequeño gusano parásito que vive en aguas dulces, ha perfeccionado una ingeniosa estrategia para infiltrarse en sus huéspedes. Sus larvas logran penetrar la piel sin causar dolor ni picor, permitiéndole establecerse en el organismo sin levantar sospechas.
Una epidemia silenciosa
Este parásito provoca la esquistosomiasis, una enfermedad crónica que afecta a cientos de millones de personas a nivel global. Su capacidad para evadir el sistema inmunitario humano es un fenómeno que ha intrigado a la comunidad científica.
Descubrimiento revolucionario sobre el control del dolor
Recientemente, investigadores han revelado cómo el Schistosoma mansoni logra eludir las defensas del cuerpo. Este gusano produce unas moléculas específicas que suprimen ciertas neuronas en la piel del huésped, un hallazgo crucial que podría llevar al desarrollo de nuevos analgésicos más efectivos en el futuro.
Una alternativa a los opioides?
Según un informe de Sciencealert, el doctor De'Broski Herbert, inmunólogo de la Universidad de Tulane, destaca que identificar las moléculas que bloquean las neuronas TRPV1+ podría ofrecer una alternativa significativa a la dependencia de opioides. Estas neuronas son responsables de enviar señales de dolor, calor y picazón, y juegan un papel vital en la respuesta inmune.
Validando la hipótesis con experimentos
Los investigadores realizaron un estudio en ratones, donde algunos fueron infectados con el S. mansoni mientras que otros actuaron como control. A través de pruebas de tolerancia al dolor y análisis de la respuesta inmune, se demostró que el parásito efectivamente suprime las neuronas de alarma, resultando en una notable disminución de la respuesta inmune en los ratones infectados.
El futuro de la investigación sobre el dolor
Estos hallazgos no solo abren un nuevo capítulo en la comprensión de cómo los parásitos manipulan el sistema inmunológico, sino que también ofrecen pistas prometedoras para el desarrollo de tratamientos que podrían revolucionar la forma en que tratamos el dolor crónico.