El 17° Juzgado Civil de Santiago ha tomado una decisión histórica al condenar al fisco a pagar una indemnización de 50 millones de pesos a Mario Mejías Huircán. Este fallo se produce tras años de sufrimiento y lucha por justicia, luego de que Mejías fuera secuestrado y torturado en mayo de 1987. Su intervención durante la visita del Papa Juan Pablo II a Chile le valió represalias del régimen militar en ese momento.

La investigación dio cuenta de que, en el contexto de su detención, Mejías fue arrestado nuevamente por Carabineros en 1989, tres años después de su discurso, quedando privado de libertad durante 34 días por orden de la Fiscalía Militar. Este patrón de abuso refleja la brutalidad de un sistema que persiguió y castigó a aquellos que se atrevieron a alzar la voz.

Según los detalles del fallo judicial, en la madrugada del 1 de mayo de 1987, Mejías fue sacado de su hogar en la población Lo Hermida por fuerzas de seguridad, quienes lo sometieron a golpizas y luego lo abandonaron en un lugar desolado en la comuna de Conchalí, dejándolo con graves lesiones que requirieron auxilio inmediato.

El tribunal describió las acciones como claros ejemplos de “detención ilegal, secuestro y apremios ilegítimos”, resaltando que estos actos atentan contra los derechos más fundamentales de las personas, como la vida, la libertad y la dignidad.

El fallo destaca que los estragos sufridos por Mejías son la consecuencia directa de los abusos sistemáticos de la dictadura. “Los daños que ha experimentado afectan profundamente su vida” refiere la resolución, subrayando las repercusiones sociales, físicas y mentales que estos eventos traumáticos han dejado.

Esta decisión judicial no solo valida la lucha de Mejías por justicia, sino que también sienta un precedente en la reivindicación de los derechos humanos en Chile. La sentencia resalta que, aunque una indemnización monetaria no puede reparar totalmente el daño infligido, es un paso esencial hacia el reconocimiento de los crímenes del pasado.

Adicionalmente, es importante señalar que Mario Mejías fue reconocido oficialmente como víctima del Estado chileno en el Informe de la Comisión Asesora Presidencial, también conocida como Comisión Valech II, lo que refuerza aún más su testimonio de sufrimiento a manos del régimen.

La comunidad internacional observa con atención cómo Chile lidia con su legado de violaciones a derechos humanos, y este caso es un claro recordatorio de que la memoria, la verdad y la justicia son pilares fundamentales para construir una sociedad más justa.