Ciencia

¡Increíble descubrimiento en una pirámide salvadoreña! Figuras de arcilla con cabezas desmontables desafían lo que creíamos sobre las antiguas civilizaciones

2025-03-06

Autor: Pedro

En la imponente pirámide de San Isidro, en El Salvador, un equipo de arqueólogos de la prestigiosa Universidad de Varsovia realizó un emocionante descubrimiento: cinco figuras de arcilla que datan de hace aproximadamente 2.400 años. Estas figuras, encontradas en 2022, podrían haber jugado un papel crucial en rituales públicos, sugiriendo una rica vida cultural en esta antigua civilización del año 400 a.C.

Live Science informa que estos hallazgos cuentan con características impresionantes, incluyendo cabezas desmontables y expresiones faciales que varían según el ángulo desde el cual se las observe. Esta singularidad ha intrigado a los expertos, liderados por el arqueólogo Jan Szymański, quien en una conversación con Antiquity explicó que inicialmente se consideraron como ofrendas funerarias, pero la falta de restos humanos llevó a una reevaluación.

Szymański también expuso que estas figuras podrían haber sido utilizadas en actuaciones teatrales o rituales que narraban historias míticas o eventos históricos, lo que contrasta con la idea de que El Salvador era una región culturalmente aislada en la antigüedad. Este hallazgo indica, en cambio, dinámicas de intercambio cultural entre comunidades lejanas.

Las cinco figuras, que representan a cuatro mujeres y un hombre, poseen tamaños variados: tres de ellas alcanzan cerca de 30 centímetros de altura, mientras que las otras son más pequeñas, midiendo 10 y 18 centímetros respectivamente. Las cabezas removibles permiten su manipulación, sugiriendo que estas figuras pudieron haber estado equipadas con cuerdas, funcionando como marionetas que podían simular el habla y otras acciones.

Una de las características más fascinantes es su capacidad para transmitir diferentes emociones; desde un nivel de los ojos, parecen mostrar enojo, mientras que desde una perspectiva superior parecen sonrientes, y desde abajo, sus expresiones tienden a reflejar miedo. Este fenómeno podría haber sido intencionado, diseñado para intensificar el impacto de los rituales en los que se utilizaban.

Otras figurillas similares han sido halladas en diferentes contextos arqueológicos; sin embargo, el descubrimiento en San Isidro destaca por su integridad. Por ejemplo, en 2012 se excavaron figuras similares en el sitio maya de Tak’alik Ab’aj en Guatemala, datando de un periodo similar, que también se vinculan a rituales.

Históricamente, El Salvador ha sido subestimado en investigaciones arqueológicas, algo que Szymański atribuye a la devastación causada en la región por la erupción del volcán Ilopango entre los años 400 y 500 d.C., el cual cubrió muchos asentamientos bajo cenizas volcánicas. Además, la alta densidad poblacional actual limita las excavaciones arqueológicas, complicando aún más la reconstrucción de su historia.

El hallazgo en San Isidro no sólo aporta información sobre las prácticas rituales de las antiguas comunidades, sino que también invita a cuestionar la organización social y política de estas sociedades. Mientras que las sociedades mayas cercanas estaban formando monarquías, San Isidro parece haber mantenido una estructura social más igualitaria, donde múltiples voces podrían haber sido representadas.

Con sus expresiones cambiantes y su posible capacidad para "hablar" en distintas lenguas, estas figuras podrían simbolizar la diversidad cultural y lingüística de la región. Este descubrimiento nos abre una ventana a un pasado más complejo y fascinante de lo que se pensaba, desafiando nuestras nociones sobre la cultura precolombina en Centroamérica.