En Chile, se registra un accidente cerebrovascular (ACV) cada 15 minutos, convirtiéndolo en la segunda causa de muerte en el país. Tradicionalmente, se pensaba que este fenómeno afectaba principalmente a personas mayores, pero un estudio reciente publicado en The Lancet Neurology ha revelado una tendencia preocupante: el número de ACV entre adultos jóvenes está en aumento, especialmente en aquellos menores de 55 años.

La Dra. Karina Wigodski, neuróloga de la Clínica Santa María, explica que este incremento se debe principalmente a la aparición de patologías que, antes, solo se diagnosticaban en personas mayores, como la hipertensión, diabetes, obesidad, sedentarismo y dislipidemia. Además, el consumo de drogas recreativas se ha convertido en un factor de riesgo creciente.

La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo más significativos para el desarrollo de un ACV; según el estudio, es responsable de más de la mitad de todos los casos de accidentes cerebrovasculares.

El Dr. Jorge Villacura, neurólogo de la Clínica Dávila, señala que la hipertensión crónica daña de manera progresiva las paredes de los vasos sanguíneos y afecta órganos vitales como el corazón, el cerebro y los riñones. Sin controles médicos periódicos, esta enfermedad puede pasar desapercibida, aumentando el riesgo de sufrir un ataque cerebral y otras enfermedades cardiovasculares.

Es crucial adoptar medidas de prevención, lo que implica monitorear factores de riesgo, llevar un estilo de vida saludable, hacer ejercicio regularmente, y evitar el consumo de tabaco, drogas y limitar el alcohol.

¡Atención a los síntomas!

Reconocer los síntomas de un ACV es tan importante como prevenirlos, ya que cada segundo cuenta. "Las personas pueden perder, en cuestión de minutos, alguna capacidad neurológica. Esto incluye debilidad en alguna extremidad, problemas de visión, alteraciones en el habla, trastornos de la marcha, aumento en la sensibilidad o visión doble", afirma el Dr. Andrés Villagrán, neurólogo de la Clínica Ciudad del Mar.

"Los síntomas aparecen de manera brusca, a menudo súbitamente, y en algunos casos, la persona puede despertar con ellos y no se da cuenta de que ha tenido un ACV durante la noche", comenta el Dr. Sergio Juica, neurólogo de la Clínica Biobío.

El Dr. Alfredo Labarca, urgenciólogo de Help, advierte que es fundamental acudir a un centro médico o llamar a un servicio de emergencia si se presentan los siguientes signos:

- Dificultad para hablar y entender lo que otros dicen.

- Paralisis o asimetría en la cara.

- Dificultad para mover un brazo o una pierna, con debilidad en un lado del cuerpo.

- Problemas de visión en uno o ambos ojos.

- Dolor de cabeza intenso y repentino.

- Problemas para caminar.

Actuar con rapidez es crucial, según el Dr. Juica, ya que existen dos procedimientos con tiempo limitado para tratar un ACV. Si no se responden de inmediato, se pueden comprometer las posibilidades de supervivencia y el riesgo de secuelas.

"La trombólisis es un tratamiento que puede realizarse durante las primeras 4 horas desde la aparición de los síntomas, utilizando un medicamento que ayuda a disolver el coágulo que bloquea la arteria. La segunda opción, la trombectomía, se puede realizar hasta 6 horas después de un ACV. Este procedimiento intervencionista utiliza catéteres para eliminar el coágulo y restaurar el flujo sanguíneo en la zona afectada", explica el experto.

Gracias a los avances médicos y los controles preventivos, la tasa de supervivencia después de un ACV ha mejorado significativamente. Alrededor del 80% de las personas que experimentan un primer ACV logran sobrevivir al primer año, y aproximadamente el 50% sobrevive más de cinco años, aunque estas estadísticas pueden variar según la región. Es crucial que los pacientes mantengan sus controles médicos, ya que esto disminuye las probabilidades de sufrir un segundo ataque cerebral. ¡Cuidar de la salud es fundamental para una vida longeva y saludable!