Las Fiestas Patrias ‘XL’ en Chile, que se celebraron desde el viernes 13 de octubre y culminaron este domingo, han dejado un trágico saldo de 98 muertes. De estas, 61 personas fallecieron en accidentes de tránsito, mientras que 37 perdieron la vida en actos violentos, como homicidios, según el último informe de Carabineros.

El general Juan Muñoz, jefe de la Zona Santiago Este, ha señalado que la mayoría de los accidentes de tráfico fueron causados por la ingesta de alcohol, el exceso de velocidad y la falta de atención de los conductores. Este alarmante número de 61 fallecimientos en accidentes de tránsito representa un incremento del 64,9% en comparación con 2019, cuando se registraron 37 muertes en celebraciones similares.

En cuanto a los homicidios, el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, informó que la violencia se desató entre el lunes 16 y la madrugada del lunes, con la utilización de armas de fuego en muchos de estos casos. Los dos últimos incidentes fueron particularmente impactantes, incluyendo un doble asesinato a balazos en la popular subida Ecuador de Valparaíso y el asesinato de un joven de 22 años en Viña del Mar.

El sábado, la ministra del Interior, Carolina Tohá, brindó un informe sobre la situación de seguridad, donde se reveló que hasta ese momento se contaban 25 crímenes. En su declaración, la ministra llamó a estos números "relativamente habituales", planteando una controversia considerable. Según Tohá, la cifra de homicidios durante estos días fue similar a la de días normales; sin embargo, admitió que el total es alarmante por el tiempo concentrado en el que ocurrieron.

Sus palabras generaron reacciones negativas entre la oposición, quienes criticaron su intento de normalizar cifras tan preocupantes. La presidenta de la Comisión de Seguridad Ciudadana, Gloria Naveillán, así como otros diputados, expresaron su descontento, argumentando que la ministra había minimizado el problema.

Mientras tanto, el diputado Jaime Naranjo defendió a Tohá, argumentando que sus declaraciones habían sido malinterpretadas, y que realmente intentaba expresar que las cifras se encontraban dentro de un margen habitual. Sin embargo, el caos y la preocupación son palpables, ya que muchos ciudadanos se preguntan qué medidas se están tomando para frenar esta ola de violencia y accidentes, y si realmente el gobierno está haciendo lo suficiente para garantizar la seguridad de todos durante las celebraciones.

La situación actual plantea un desafío crítico para el gobierno de Gabriel Boric, que ahora se encuentra bajo presión para aumentar la seguridad pública y abordar el creciente problema de la violencia en el país. Las cifras de víctimas son un recordatorio desgarrador de que la celebración no debe verse empañada por la inseguridad y la pérdida de vidas.