El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha tomado una decisión que cambiará la educación en el país al sancionar una ley este lunes que prohíbe el uso de teléfonos celulares en todas las escuelas públicas y privadas, tanto durante las clases como en los recreos.

Lula destacó que Brasil se suma a la tendencia de otros países como España y Francia, que ya han implementado restricciones similares. Según el mandatario, esta medida es "absolutamente necesaria" porque considera que "el ser humano nació para vivir en comunidad" y necesita "abrazos, miradas y atención".

Desde que asumió el cargo, Lula ha fomentado este enfoque al prohibir el uso de teléfonos en reuniones oficiales de sus ministros, argumentando que distraen a los participantes. La ley recién sancionada permite el uso de teléfonos móviles en ciertas circunstancias, como motivos pedagógicos y bajo la supervisión de profesores, reconociendo así un uso responsable y educativo de la tecnología.

La normativa entrará en vigor durante el actual año escolar y fue respaldada por estudios que han evidenciado problemas de rendimiento académico relacionados con el uso excesivo de dispositivos móviles en las aulas. La prohibición afectará a toda la educación básica, incluyendo los niveles preescolar, primaria y secundaria.

Cabe destacar que una ley similar ya fue aprobada en noviembre en el estado de São Paulo, que lidera en la adopción de este tipo de medidas en el país. Esta iniciativa busca limitar el uso de cualquier dispositivo electrónico con acceso a internet durante las clases, aunque aún se contemplan excepciones para situaciones pedagógicas o alumnos con discapacidades que lo necesiten para participar en las actividades escolares.

Marina Helou, coautora de la legislación, indicó que el objetivo es proporcionar apoyo a los docentes que enfrentan desafíos significativos por el uso de celulares en el aula, además de ayudar a reducir desigualdades entre escuelas públicas y privadas, ya que muchas de estas últimas han implementado mecanismos de control.

A nivel internacional, las preocupaciones sobre la salud mental de los jóvenes han llevado a otros países a adoptar medidas drásticas. Por ejemplo, Australia ha lanzado una prohibición sobre redes sociales para menores de 16 años, convirtiéndose en la primera nación en implementar esta ley, lo que generará multas de hasta 50 millones de dólares australianos para las plataformas que no cumplan con las regulaciones.

Con estas acciones, Lula busca no solo mejorar el ambiente educativo en Brasil, sino también proteger el bienestar de los jóvenes en un mundo cada vez más digitalizado. ¿Será esta la clave para revertir la crisis educativa del país? ¡Los ojos del mundo están puestos en Brasil!