
¡Impactante! La NASA revela que una señal extraterrestre de 1980 proviene de un planeta destruido
2025-03-05
Autor: Isidora
La NASA ha hecho un descubrimiento asombroso sobre una señal extraterrestre que fue detectada en 1980. Este fenómeno, que ha intrigado a astrónomos y científicos durante más de cuatro décadas, ahora se ha identificado como el resultado de un planeta que fue destruido en su cercanía a una enana blanca.
Las primeras captaciones de esta señal provenían de la Nebulosa de la Hélice, donde se encuentra una estrella similar a nuestro Sol, cuya evolución la llevó a perder sus capas externas y convertirse en una enana blanca.
Los investigadores sugieren que el planeta, que orbita peligrosamente cerca de esta estrella anciana, fue desgarrado por las fuerzas de marea generadas por la intensa gravedad de la enana blanca.
Según las conclusiones de la NASA, "con el tiempo, los restos del planeta formaron un disco alrededor de la enana blanca, y finalmente cayeron sobre su superficie, generando la curiosa señal en rayos X que hemos detectado a lo largo de los años".
Durante más de 40 años, el Observatorio Einstein y el telescopio ROSAT han estado detectando una anómala lectura de rayos X provenientes del centro de la nebulosa, específicamente de la estrella WD 2226-210. Esto es notable porque, por lo general, las enanas blancas no emiten rayos X de tal intensidad.
Sin embargo, un nuevo estudio que incluye observaciones del telescopio Chandra y XMM-Newton ha aportado claridad al misterio, sugiriendo que los rayos X son, de hecho, los vestigios del planeta que fue destruido y que ahora son atraídos hacia la enana blanca.
¡Y eso no es todo! Si se confirma esta teoría, sería la primera vez que se documenta un planeta destruido por la gravedad de la estrella central en una nebulosa planetaria.
Los científicos creen que este planeta podría haber sido masivo y gaseoso, similar a Júpiter. Inicialmente, podría haber estado a una distancia segura de la enana blanca, pero las interacciones gravitacionales con otros cuerpos celestes habrían forzado su movimiento hacia la estrella, conduciéndolo a su eventual destrucción.
Este descubrimiento no solo enriquece nuestra comprensión del universo, sino que también abre nuevas preguntas sobre la formación y destrucción de sistemas planetarios en las etapas avanzadas de la evolución estelar. ¡El cosmos nunca deja de sorprendernos!