La reciente decisión de la Dirección del Trabajo ha provocado un verdadero seísmo en el mundo del fútbol en Chile. Este conflicto se suma a los muchos desafíos que dejó el año 2024 y que se arrastran al 2025. Uno de los temas más críticos es el paro convocado por el Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup) y respaldado de manera unánime por los capitanes de los distintos equipos del país, quienes se oponen rotundamente a la transformación de la Segunda División en una categoría Sub 23, la cual fue aprobada por el Consejo de Presidentes de la ANFP.

Ante este escenario, los jugadores decidieron no iniciar la nueva temporada, lo que llevó al Sifup a solicitar una aclaración sobre la legalidad de dicha medida a la Dirección del Trabajo. La respuesta no se hizo esperar: la DT afirmó de manera categórica que la creación de esta nueva categoría contraviene principios fundamentales como la libertad de trabajo. En su diagnóstico, la institución dejó claro que esta disposición es ilegal e inconstitucional.

El informe de la Dirección del Trabajo es contundente. Señala que celebraciones de acuerdos laborales que limiten la contratación de trabajadores basados únicamente en la edad violan la libertad constitucional de estos y pueden constituir una violación a derechos laborales fundamentales. Este pronunciamiento pone en una situación delicada a la ANFP y a los clubes que apoyan este cambio, ya que abre la puerta a posibles demandas legales por discriminación.

La noticia llega justo antes de una reunión esperada entre el Sifup y Pablo Milad, presidente de la ANFP, quien, al conocer la decisión de los futbolistas de paralizar actividades, buscó un acercamiento inmediato. Ambas partes se reunirán este lunes por la tarde para discutir este tema crucial. Milad ha comentado en sus redes sociales: 'Esta decisión tiene efectos inconstitucionales e ilegales que atentan contra los principios de no discriminación y libertad laboral. Este pronunciamiento respalda nuestra posición desde el inicio'.

La controversia no solo ha captado la atención de jugadores y clubes, sino también del público en general, que sigue expectante los próximos movimientos en esta compleja trama. ¿Logrará la ANFP revertir esta situación o se verá forzada a modificar sus planes? El futuro del fútbol chileno está en juego.