El grupo islamista libanés Hezbolá ha hecho una dolorosa revelación este miércoles (25 de septiembre de 2024), anunciando la muerte de Ibrahim Kobeisi, un alto comandante militar en un ataque llevado a cabo por las fuerzas israelíes en un suburbio del sur de Beirut, conocido bastión del movimiento.

En un comunicado oficial, Hezbolá expresó su pesar por el fallecimiento del "comandante Ibrahim Mohamed Kobeisi" junto a otras seis personas. Este anuncio se produce tras reportes previos del ejército israelí y de fuentes cercanas al movimiento que confirmaban su muerte.

Los ataques no se detienen aquí. Informes de seguridad libaneses indicaron que las fuerzas israelíes bombardearon la zona de Saadiyat, ubicada a unos 20 kilómetros al sur de Beirut, horas después de una feroz ofensiva en los suburbios de la capital. "El objetivo del ataque era un 'almacén' en la región", reveló la fuente bajo condición de anonimato, mientras que testigos en la capital escucharon una explosión que generó inquietud.

La situación humanitaria en Líbano es alarmante y ha llevado al ministro de Exteriores libanés, Abdallah Bou Habib, a declarar que casi 500,000 personas se encuentran desplazadas. Este número ha aumentado drásticamente desde que Israel intensificó su campaña militar contra Hezbolá, que ya contaba con aproximadamente 110,000 desplazados antes de estos ataques. Bou Habib, presente en la Asamblea General de las Naciones Unidas, enfatizó el grave impacto en la población civil.

La creciente violencia entre el ejército israelí y Hezbolá ha dominado los debates en la Asamblea General. El Secretario General de la ONU, António Guterres, advirtió que "Líbano está al borde del abismo" y subrayó que la situación en Gaza es una pesadilla que tiene el potencial de desestabilizar toda la región, comenzando por Líbano.

Las hostilidades han escalado aún más desde que el ejército israelí atacó el lunes cerca de 1,600 objetivos de Hezbolá, que resultaron en al menos 558 muertes, según cifras del Ministerio de Salud libanés. En respuesta, Hezbolá lanzó aproximadamente 300 cohetes hacia Israel, causando heridas a seis civiles y soldados, aunque estas fueron mayormente leves, según las autoridades israelíes.

Además, Hezbolá se atribuyó la responsabilidad de 18 ataques en territorio israelí, con un enfoque en la sede del comando norte del ejército cerca de Safed y utilizando drones explosivos contra una base naval al sur de Haifa. La tensión y la violencia continúan afectando la vida diaria en la región, dejando a muchos temerosos por el futuro.

Este conflicto deja a la comunidad internacional en estado de alerta, con un llamado cada vez más urgente para una desescalada y un retorno a las conversaciones pacíficas.