Denny’s, una de las cadenas de restaurantes más reconocidas en Estados Unidos, ha tomado la drástica decisión de cerrar entre 70 y 90 de sus sucursales en este año 2024, todo en un intento por mejorar su situación financiera después de un preocupante informe de octubre. Las acciones de la compañía han sufrido una caída dramática; de un valor de 24 dólares en 2019, ahora apenas alcanzan los 5 dólares.

El cierre de estos establecimientos es parte de una estrategia más amplia que tiene como objetivo reducir la presencia de locales con un desempeño deficiente. A lo largo de 2023, Denny's ya había clausurado 88 locales, incluidos 30 sólo en el último trimestre. Sin embargo, la empresa aún no ha revelado cuáles serán las sucursales que cerrarán en esta nueva ola de recortes, lo que crea incertidumbre tanto entre los empleados como entre sus leales clientes.

Denny's, conocido por su servicio las 24 horas y su famoso desayuno, tiene actualmente 1.326 restaurantes en todo Estados Unidos, con una gran concentración en estados como California, donde posee 354 establecimientos. Otros estados clave en su operación son Florida, Texas y Arizona, que en conjunto aportan una parte significativa de sus ingresos.

A pesar de los cierres, Denny's no se está rindiendo. La cadena ha anunciado que abrirá al menos 14 nuevos restaurantes y realizará remodelaciones en varios locales existentes para adaptarse a las nuevas tendencias de consumo, donde la comida rápida y el servicio para llevar están ganando terreno. Esto sugiere que, aunque los tiempos sean difíciles, Denny's está tomando medidas para adaptarse en lugar de sucumbir completamente a la crisis.

La difícil realidad de Denny's refleja una tendencia más amplia en el sector de restaurantes familiares, donde el tráfico de clientes ha disminuido. Mientras tanto, otras cadenas como Applebee's, Hooters, Outback Steakhouse y TGI Friday’s también se enfrentan a desafíos similares, con cierres de locales y reestructuraciones operativas.

La situación actual pone de relieve el impacto que los cambios en el comportamiento del consumidor han tenido en la industria de restaurantes, obligando a las cadenas a reinventarse para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo.