Casi cuatro de cada diez alumnos españoles de 4º de primaria se encuentran en un nivel bajo o muy bajo en matemáticas

Casi cuatro de cada diez alumnos españoles de 4º de primaria se encuentran en un nivel bajo o muy bajo en matemáticas, y tres de cada diez en ciencias. Estas estadísticas son alarmantes cuando se comparan con las medias europeas y las de la OCDE, donde la mayoría de los estudiantes se sitúan en niveles intermedios, altos o muy altos. Además, la situación no mejora según el género ni la brecha socioeconómica, lo que añade preocupación a este problema educativo.

Los datos provienen del informe TIMSS 2023 (Trends in International Mathematics and Science Study), una evaluación internacional organizada por la IEA (International Association for the Evaluation of Educational Achievement), en la que participa España. Estas evaluaciones sirven para analizar los sistemas educativos y medir tendencias a nivel global, de la misma manera que el PIRLS para la lectura o el PISA.

Matemáticas en España: Un estancamiento preocupante

Con una puntuación de 498 puntos, España se sitúa por debajo del umbral de 500 en matemáticas, lo que representa una clara desventaja respecto a la media de la OCDE (525) y de la UE (514). El país que lidera el ranking es Corea del Sur, con 594 puntos. Aunque España comparte puntuaciones similares con países como Canadá, Italia y Bélgica, estás han permanecido estancadas desde 2015, cuando obtenían un puntaje de 505. A pesar de las mejoras desde 2011, la falta de progreso en estos últimos años es alarmante y pone de relieve el impacto de la pandemia en el aprendizaje.

En Catalunya, los resultados se han visto afectados, cayendo cinco puntos y posicionándose en el tercer lugar entre las comunidades más bajas en rendimiento. Mientras que algunas comunidades como Castilla y León y Asturias muestran resultados comparables a los de países como Alemania y Dinamarca, Catalunya sigue por debajo de la media de la UE.

Un panorama desalentador en la enseñanza de matemáticas

Una de las cifras más preocupantes es el bajo porcentaje de alumnos en niveles de excelencia. Idealmente, se esperaría que todos los estudiantes estuvieran en niveles intermedios o superiores, algo que en España y, especialmente en Catalunya, parece un sueño lejano. Solo el 25% de los estudiantes rinden de forma excelente, mientras que un alarmante 37,8% no alcanza siquiera la media intermedia.

A pesar de las políticas implementadas para mejorar la educación matemática, los resultados indican que algo está fallando en la enseñanza desde los primeros años. El 41,8% de los niños se sitúan en niveles bajos o muy bajos, lo que pone en riesgo su futuro académico.

Brecha de género alarmante

La brecha de rendimiento entre niños y niñas continúa aumentando, con una diferencia de 18 puntos a la edad de diez años. A pesar de los esfuerzos por fomentar la participación de las niñas en la ciencia y tecnología, los chicos siguen mostrando un mejor rendimiento, agravando la diferencia con cifras que llegan hasta los 25 puntos en algunas comunidades como Andalucía y Madrid.

Impacto del nivel socioeconómico y la inmigración

El nivel socioeconómico tiene una influencia significativa en el rendimiento académico. Existe una brecha de 22 puntos en el rendimiento entre chicos nativos y aquellos de origen inmigrante, lo que resalta la necesidad de políticas educativas que aborden estas desigualdades desde sus raíces.

Resultados en ciencias – ¿Un pequeño rayo de esperanza?

En ciencias, los estudiantes españoles lograron una puntuación de 504, ligeramente por encima de la media de referencia de 500, aunque esto representa una disminución en comparación con 2019 y 2015. Solo el 27% de los estudiantes se encuentran en niveles altos o muy altos, lo que también deja entrever la necesidad de una revisión urgente en los métodos de enseñanza.

Conclusión: La necesidad de un cambio radical

La situación educativa en España, especialmente en lo que respecta a las matemáticas, es crítica y requiere una acción inmediata. Las implicaciones de estos resultados no solo afectan a los alumnos individuales, sino que también repercuten en el futuro del sistema educativo en general. ¿Qué se está haciendo al respecto? ¿Serán suficientes las reformas educativas para cambiar este rumbo? ¡Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde!