Groenlandia: El Tesoro Oculto del Ártico Bajo la Atenta Mirada de Donald Trump
2025-01-09
Autor: Pedro
Groenlandia, un territorio autónomo que forma parte del Reino de Dinamarca, ha vuelto a capturar la atención mundial, especialmente desde que el expresidente estadounidense Donald Trump mostró interés en adquirir la isla, considerando incluso medidas imprevistas para lograrlo.
Esta extensa isla, situada entre los océanos Atlántico y Ártico, donde una cuarta parte de su superficie está cubierta de hielo permanentemente y su población es de apenas 56,000 habitantes, ha sido objeto de deseo de Estados Unidos debido a una combinación de factores geopolíticos y económicos.
Una ubicación estratégica en el Ártico
Groenlandia se encuentra al noreste de Estados Unidos y abarca casi 2,2 millones de kilómetros cuadrados. Su posición geográfica la convierte en un punto estratégico para el país, especialmente con el deshielo del Ártico que abre nuevas rutas comerciales y oportunidades políticas. La creciente presencia de Rusia en esta zona, junto con el interés de China, hace que el control sobre Groenlandia se convierta en una prioridad para Washington.
Recientemente, Estados Unidos ha expresado su preocupación por la explotación de recursos en el Ártico por parte de China. En 2018, Dinamarca presionó para que se excluyeran inversiones chinas en un proyecto de expansión aeroportuaria en Groenlandia, advirtiendo sobre las posibles implicaciones en su política exterior y tras consultar a sus aliados estadounidenses.
Riquezas ocultas en el subsuelo
Las estimaciones sugieren que Groenlandia cuenta con reservas de petróleo que se equiparan a la mitad de las de Arabia Saudita, además de ser hogar de algunos de los depósitos de tierras raras más grandes del mundo. Estos recursos podrían disminuir la dependencia de Occidente con respecto a China. Sin embargo, la falta de infraestructura, los altos costos operativos y un entorno ambiental frágil han dificultado la explotación de estas riquezas.
Grandes multinacionales han devolvieron concesiones para explorar recursos naturales en la última década debido a la falta de viabilidad comercial. Proyectos mineros prometedores han sido paralizados debido a incertidumbres en los precios de las materias primas y regulaciones ambientales. Por ejemplo, un inmenso proyecto minero de una compañía australiana fue detenido hace tres años por el gobierno groenlandés debido a preocupaciones ambientales.
Un largo historial de intentos de compra por parte de EE.UU.
La historia de los intentos estadounidenses de adquirir Groenlandia se remonta a mediados del siglo XIX. El primer intento fue en 1867, poco después de comprar Alaska a Rusia. Intentos sucesivos fueron discutidos en los años posteriores, incluyendo posibles intercambios por territorios en el Pacífico. Finalmente, en 1917, Estados Unidos compró las Indias Occidentales Danesas, pero sin realizar una adquisición formal de Groenlandia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, con la invasión alemana de Dinamarca, EE.UU. estableció bases militares en Groenlandia para prevenir su uso por los nazis. En 1946, ofrecieron 100 millones de dólares por Groenlandia, pero Dinamarca rechazó la oferta y acordó firmar un tratado de defensa.
El último intento significativo fue en 2019, cuando Trump sugirió la compra de la isla, lo que generó tensiones diplomáticas con Dinamarca.
Autonomía y autodeterminación en Groenlandia
Con una historia intrínseca a Dinamarca desde hace siglos, Groenlandia fue considerada una colonia hasta que en 1953 fue incluida en el Reino Danés. En 1979, obtuvo su primer Estatuto de Autonomía, seguido por uno más amplio en 2009, que asegura el derecho a la autodeterminación mediante un referendo, comprometiéndose a respetar los resultados.
Este nuevo estatuto también ha diseñado un plan para reducir la dependencia de la ayuda danesa a medida que se desarrollen sectores de ingresos en la isla. A pesar de estos avances, Groenlandia enfrenta desafíos significativos en su camino hacia un autogobierno real, lo que la convierte en un objeto de interés geopolítico tanto para EE.UU. como para otras potencias.