“Antes, la sociedad cambiaba en fases de cien años, y ahora cambia semana a semana. Vivimos en una época de inmediatez brutal, donde tenemos muchísima información al alcance y la gente está muy preparada para obtener lo que busca. Por eso, la universidad debe ser un lugar que mantenga un espíritu crítico hacia el entorno y que reflexione sobre qué podemos hacer mejor,” pronunció Joan Ramon Masclans al ser nombrado decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona. Su enfoque es claro: adaptar constantemente la educación médica a las crecientes necesidades sociales.

Desde el comienzo de la carrera de Medicina, considerada la 'joya de la corona' de cualquier universidad, en 2021, ya se han implementado y planean más cambios significativos en una quincena de asignaturas. Recientemente, durante la presentación de un informe que recopila la opinión de pacientes sobre el perfil del médico del futuro, se destaca un clamor unánime: los futuros médicos deben ser más humanos, ofrecer un trato personalizado, manejar herramientas tecnológicas avanzadas, trabajar en equipo, y tener la habilidad de escuchar y gestionar sus propios errores.

Uno de los cambios más relevantes será el refuerzo en la gestión de errores, como enfatizó Masclans. A partir del próximo ciclo, los estudiantes de sexto año experimentarán unas “cápsulas de simulación” con actores reales para practicar la comunicación de errores médicos. “Antes era voluntario, pero ahora será obligatorio,” aseguró el decano.

Una de las críticas más frecuentes ha sido la falta de enfoque en la Atención Primaria. Joan Ramón subrayó que la enseñanza de esta modalidad está integrada a lo largo de toda la carrera y se apoya en una visión integral del paciente. “Cuando discutimos sobre el asma, abordamos tanto la atención primaria como la hospitalaria,” añadió, enfatizando que el contexto de la enfermedad permanece constante sin importar el nivel de atención médica brindado.

Además, la facultad está tomando acciones concretas para humanizar la educación médica. Junto a una asignatura sobre Humanismo y Medicina, se busca un currículo menos 'hospitalocéntrico'. El decano también planea reducir las clases magistrales, dado que muchos estudiantes desconectan si no están involucrados activamente. “La nueva generación es más audiovisual; se involucran más en simulaciones y problemas reales en pequeños grupos,” explicó.

Gema Revuelta, coordinadora del estudio sobre las expectativas de los pacientes, destacó la importancia de formar profesionales con una visión holística que trascienda la simple “diagnosis y tratamiento”. La pandemia ha resaltado la urgencia de equipar a los estudiantes con herramientas para gestionar el estrés y situaciones críticas. Por ello, dos de las asignaturas de sexto año, que no son prácticas, están dedicadas a tratar al paciente frágil y el paciente crítico.

Finalmente, Masclans subrayó la necesidad de innovar y adaptarse a los nuevos desafíos. “Vamos a crear una nueva asignatura sobre nuevas tecnologías y manejo de datos,” anticipó, reflejando un compromiso por continuar modernizando el currículo en respuesta a las inquietudes de la sociedad actual. ¡La reforma de la educación médica en la UPF no solo es urgente, es inevitable!