Ciencia

George Loewenstein: "Los economistas tradicionales ignoran el ego y la autoestima"

2025-01-17

Autor: Martina

George Loewenstein, bisnieto de Sigmund Freud y renombrado neurocientífico, ha dedicado más de 40 años al estudio de la economía conductual, una rama que integra la psicología con la economía. Actualmente, es director del Centro de Investigación de Decisiones Conductuales en la Universidad Carnegie Mellon y ha publicado más de 300 artículos académicos, así como varios libros, proponiendo una nueva forma de entender la economía desde una perspectiva más humana.

En un contexto donde los economistas tradicionales se enfocan casi exclusivamente en establecer relaciones de causalidad en los datos, Loewenstein ha tomado un camino diferente. Para él, las disciplinas de economía y psicología deberían colaborar en lugar de operar de forma aislada. Su investigación abarca diversas áreas, como la emoción en la toma de decisiones, la percepción del riesgo y las motivaciones psicológicas detrás del comportamiento económico. "Los tradicionalistas no consideran en absoluto el ego o la autoestima en la toma de decisiones", explica.

Durante su reciente visita a Chile, Loewenstein, quien ha sido mencionado como un potencial candidato al Premio Nobel, abordó la fragilidad de la autoestima y cómo este aspecto afecta nuestras elecciones económicas diarias. A menudo, las personas toman decisiones que parecen irracionales desde un punto de vista puramente económico; sin embargo, él argumenta que esas decisiones están profundamente influenciadas por factores emocionales.

En su opinión, entender el papel del ego y la autoestima puede ser crucial para reformar la manera en que analizamos la economía del comportamiento. Loewenstein se pregunta: "¿Cuál es el verdadero propósito de la actividad económica? No es solo mejorar las condiciones materiales, sino también satisfacer nuestras necesidades emocionales y psicológicas".

Además, resalta que, a menudo, nos enfrentamos a un exceso de opciones en nuestras decisiones diarias, lo que puede resultar abrumador. Este fenómeno, que él ilustra con un ejemplo de pacientes a quienes se les ofrecen múltiples alternativas de tratamiento, demuestra que el exceso de elección puede llevar a la parálisis y la insatisfacción.

Este experto no solo se enfoca en la psicología individual, sino que también critica los sistemas económicos que a menudo fallan en proporcionar a las personas las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas. "Las personas cometen errores sistemáticos en su comportamiento. Muchas veces no invierten adecuadamente en su futuro, se sobrecargan de trabajo y llevan hábitos poco saludables. Esto no se debe a una falta de inteligencia, sino al entorno en el que operan", afirma.

Loewenstein aclara que, aunque es cofundador del enfoque paternalista en políticas públicas, se ha vuelto un crítico de este enfoque. Asegura que el verdadero problema radica en un sistema que favorece el consumo a corto plazo sobre la planificación a largo plazo, un factor que está contribuyendo a crisis a nivel individual y colectivo, no solo en términos financieros, sino también de salud pública.

Su enfoque en el bienestar emocional lleva a Loewenstein a pensar que el futuro de la economía del comportamiento podría centrarse más en la comprensión de estos procesos psicológicos y cómo pueden ser integrados en el diseño de políticas efectivas que impacten positivamente en el comportamiento humano.

Este considerador novedoso, que podría revolucionar la forma en que entendemos todos los aspectos de la economía, representa una poderosa llamada a la acción para economistas, psicólogos y formuladores de políticas por igual. ¿Estamos listos para prestar atención a la economía del ego y la autoestima?