La propuesta de declarar el Viernes Santo como feriado irrenunciable ha creado un auténtico tumulto en el escenario político chileno. Impulsada por parlamentarios de la UDI y Renovación Nacional (RN), la idea ha generado un debate ferviente luego de que varias grandes cadenas de retail anunciaron que abrirán sus puertas ese día.

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, se manifestó en contra de esta iniciativa, señalando que podría tener un impacto negativo en la economía del país. "Chile ya tiene un número de feriados considerablemente mayor al de muchas naciones en el mundo. Introducir uno más podría ser contraproducente para nuestro crecimiento económico", advirtió durante una reciente conferencia.

El sector del comercio también ha mostrado su preocupación. Héctor Canales, presidente de Supermercados de Chile, enfatizó la necesidad de que el país continúe trabajando para salir de su actual estancamiento económico. "No podemos darnos el lujo de añadir un feriado más sin evaluar todas las consecuencias", expresó.

Por otro lado, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, pese al ajuste que reconoce el Ministerio de Hacienda sobre el impacto negativo de la medida, anunció que se elaborará un informe técnico. Este documento podría establecer el feriado como un derecho adquirido para los trabajadores, lo que abriría una nueva discusión sobre los derechos laborales en el país.

En la sala de debates, el diputado Marcos Ilabaca del Partido Socialista criticó el proyecto, al catalogarlo como una populista que no considera las realidades económicas del país. En contraposición, Andrés Giordano del Frente Amplio salió en defensa de la iniciativa, apuntando que los trabajadores merecen un tiempo de descanso en un día de significativa relevancia religiosa.

Este divido debate no solamente involucra a políticos y economistas, sino que también ha captado la atención del público general, ya que muchos chilenos sienten que el Viernes Santo es un tiempo sagrado que merece ser respetado. Las redes sociales se han encendido con opiniones a favor y en contra, lo que refuerza la polarización de este tema crucial en la sociedad chilena.

La pregunta que queda es: ¿Logrará el Viernes Santo convertirse en un feriado irrenunciable, o prevalecerán las voces que abogan por el crecimiento económico? Este es un desarrollo que estaremos siguiendo de cerca.