Este sábado, se confirmó la triste noticia del fallecimiento de Alfredo Comandari García, un referente indiscutido en el ámbito de la oncología en Chile y ex presidente de la Fundación Arturo López Pérez (FALP).

La FALP emitió un comunicado donde expresaron su pesar: “Hoy (viernes 17) despedimos a un líder extraordinario, pero principalmente a un ser humano cuya empatía, visión y compromiso transformó la vida de miles de personas. Su legado perdurará a través de los valores y principios que dejó establecidos en la FALP, y sus acciones continuarán siendo una gran fuente de inspiración”.

¿Quién fue Alfredo Comandari?

Comandari se unió a la FALP en 1986 y asumió la presidencia del Consejo Directivo en 1998. Durante cerca de tres décadas, su labor estuvo enfocada en asegurar que “todas las personas, sin importar su origen y condición, tuvieran acceso a una atención digna y de excelencia”.

Bajo su liderazgo, la FALP se propuso alcanzar “estándares de calidad comparables a los mejores centros oncológicos del mundo, manteniendo el espíritu de servicio público que la fundó”. Durante su gestión, se logró la transición de la administración de la FALP hacia el sistema privado, se expandieron los servicios y se construyeron nuevos centros de atención médica.

Además, la FALP obtuvo la acreditación como Cancer Center, concedida por la Organización Europea de Institutos de Cáncer (OECI), y se inició la creación de futuros Institutos Oncológicos en las regiones de Los Lagos y Valparaíso. Estos logros consolidaron a la FALP como “la principal institución oncológica al servicio de nuestro país”.

Su enfoque se basó en el “Modelo de Salud Social”, ya que reconocía que el cáncer no es solo un problema médico, sino un desafío social, “reconociendo las brechas de acceso económicas y geográficas en la prevención, detección temprana y tratamiento”. Para él, era evidente que, cuando una persona se enferma, toda la familia se ve afectada.

Su impacto en la comunidad

Alfredo Comandari no solo fue un líder institucional, sino también un defensor incansable de la integración y equidad en el acceso a tratamientos oncológicos. Su visión ha llevado a la creación de múltiples programas de prevención y apoyo que no solo beneficiaron a pacientes, sino que también ayudaron a educar a la sociedad sobre la importancia de la detección temprana del cáncer.

El legado de Comandari es un llamado a continuar su lucha por un sistema de salud más inclusivo y accesible para todos los chilenos. Su partida deja un vacío en el corazón de quienes luchan contra el cáncer y en el ámbito académico y médico del país. Sin duda, su información y logros seguirán inspirando a futuras generaciones en la batalla contra esta enfermedad devastadora.