¿Sabías que estudios recientes en neurociencia y psicología demuestran que la cercanía al agua puede transformar tu bienestar emocional y físico? La conexión del ser humano con el agua se remonta a épocas ancestrales, y ya desde la antigüedad se reconoció su valor no solo como fuente de vida, ¡sino también como fuente de calma y renovación!

El caso de Marcos Rodriguez Sierra, quien decidió dejar atrás su vida en Buenos Aires para mudarse a Mar del Plata, es un claro ejemplo de esta conexión. Después de un año de escapadas a la costa, Marcos sintió que su felicidad dependía de sumergirse en el océano todos los días. "Volver a la ciudad los domingos me hacía sentir triste", cuenta, dejando claro que el agua es mucho más que un refresco físico; es un bálsamo emocional.

La investigación de Wallace J. Nichols, un biólogo marino que acuñó el término "Blue Mind", revela cómo la cercanía al agua está íntimamente ligada a la calma y la creatividad. Su bestseller, Blue Mind, destaca cómo el estar en o cerca del agua puede hacerte más feliz y saludable, comparando este estado con el 'Red Mind', que describe el estrés y la sobrecarga de la vida moderna.

Nichols presenta el concepto de biofilia marina, que evoca la idea de que somos, en esencia, seres acuáticos. Esta atracción por el agua no es accidental; nuestros cuerpos están compuestos en un 70% de agua. La simple presencia de agua puede enviar señales a nuestro cerebro de que estamos en el lugar correcto.

Desde la perspectiva neurocientífica, el contacto con el agua desencadena respuestas químicas en nuestro cerebro que liberan hormonas que promueven la felicidad y la calma, como la dopamina y la serotonina, mientras disminuyen el cortisol, la famosa hormona del estrés.

Investigaciones como las del Laboratorio de Neurociencia de la Universidad de Exeter han encontrado que quienes viven a menos de un kilómetro del mar reportan una mejor salud mental. La psicóloga Mariana Kerestezachi, quien se mudó a Miami hace tres años, confirma que vivir cerca del mar se ha demostrado científicamente como un recurso terapéutico para el bienestar mental. Un estudio de la Universidad de Canterbury también indica que la cercanía al agua puede aumentar el bienestar emocional y fomentar pensamientos positivos. ¡Imagina empaparte con esas vibras cada día!

Pero los beneficios no se limitan a la salud mental; desde el proyecto BlueHealth, financiado por la Unión Europea, se ha descubierto que las personas que habitan cerca de entornos acuáticos tienen menor riesgo de sufrir enfermedades crónicas y disfrutan de una mejor calidad del sueño. Esto se atribuye a que las áreas costeras suelen ofrecer un aire más fresco y menos contaminado, así como inducir un estado de relajación que favorece la recuperación mental.

El agua también es una fuente de creatividad. Nichols sostiene que sumergirse en el agua puede liberar pensamientos innovadores y permitir que nuestras ideas fluyan libremente. La conexión cerebral con lo acuático no solo se trata de la relajación, sino que también activa regiones del cerebro asociadas con la reflexión y la creatividad.

La importancia de instituir prácticas acuáticas en tu rutina es innegable. Kerestezachi señala que nadar tan solo dos a tres veces por semana puede generar mejoras significativas en el bienestar emocional. "El contacto con el agua no solo mejora tu estado de ánimo, sino que también puede ser un refugio emocional ante momentos difíciles", concluye.

En definitiva, la ciencia respalda lo que muchos ya saben: el agua no es solo un elemento físico; es un potente transformador de nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra felicidad. Permítete disfrutar de sus beneficios y nota cómo tu vida puede cambiar para mejor en un abrir y cerrar de ojos.