En una impactante entrevista radial este martes, el diputado y presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Guillermo Ramírez, no tuvo reparos en señalar que la senadora Isabel Allende (PS) debe perder su escaño en la Cámara Alta. Esta declaración surge tras la revelación de La Tercera sobre un controvertido contrato de compraventa de la emblemática casa del expresidente Salvador Allende.

El documento, firmado el pasado 30 de diciembre por la ministra Maya Fernández (PS) y la senadora Allende, ha llevado a Ramírez a cuestionar la legalidad de la acción, recalcando que según el artículo 60 de la Constitución, cualquier parlamentario que contrate con el Estado pierde automáticamente su escaño. “La constitución es muy clara en este aspecto,” enfatizó Ramírez, quien llamó a la atención del Tribunal Constitucional para que tome una decisión sobre la situación de Allende.

Ramírez, quien previamente había apoyado la renuncia de la ministra de Bienes Nacionales, Marcela Sandoval, argumentó que la firma del contrato cambia radicalmente la situación. “Nos alegramos de que el Presidente Boric haya tomado la medida de destituir a Sandoval, pero no podemos pasar por alto que el contrato ya estaba firmado, lo que es un acto grave para la política chilena,” afirmó.

El contrato de compraventa, cuyo valor asciende a 24.291 UF, equivalentes a aproximadamente $933 millones, beneficiaría no solo a Isabel Allende, sino también a su tía y actual ministra de Defensa, quien es nieta del expresidente Allende. Esta conexión familiar ha alimentado numerosas críticas y sospechas sobre la ética detrás de la transacción.

Ramírez fue contundente en su crítica: “No hay parlamentario que no sepa que está prohibido contratar con el Estado. ¿Cómo es posible que personas con su trayectoria ignoren esta regla fundamental?” Esta polémica ha puesto en jaque a líderes de la política chilena, abriendo una discusión sobre la legalidad y la ética en las transacciones entre el gobierno y los políticos.

Con la salida de Sandoval del gabinete ya consumada, el futuro político de Isabel Allende se encuentra en la cuerda floja. ¿Logrará mantener su escaño, o se enfrentará a un escándalo que podría cambiar su carrera para siempre? El Tribunal Constitucional tendrá la última palabra en este debate que promete seguir dando de qué hablar en las semanas venideras.