Este jueves, Diosdado Cabello, mano derecha del presidente Nicolás Maduro y actual ministro del Interior del régimen venezolano, desató la polémica al acusar al gendarme argentino Nahuel Gallo de estar involucrado en un presunto plan para evacuar a seis dirigentes opositores de la embajada de Argentina en Caracas.

Según Cabello, Gallo llegó al país desde Colombia y trabajaba con un grupo vinculado a Iván Simonovis, un excomisario que se encuentra en el exilio. Esta acusación ha generado tensiones entre Venezuela y Argentina, en un contexto ya sensible tras el cuestionado proceso electoral en Venezuela y los llamados internacionales a proteger los derechos humanos de los asilados.

Cabello describió la misión de Gallo como un intento de "infiltrarse en Venezuela" con el objetivo de contactar a Simonovis y coordinar un operativo para sacar a los líderes de Vente Venezuela, el partido de María Corina Machado, quienes buscan asilo desde marzo de este año. El ministro del Interior también se refirió al gendarme como "un agente especial de los servicios de inteligencia de Argentina,” lo que eleva aún más la tensión diplomática.

Mientras tanto, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, ha responsabilizado directamente a Cabello por la detención de Gallo, advirtiendo sobre graves consecuencias si su liberación no se produce. Bullrich enfatizó en redes sociales: "Secuestrar a un gendarme argentino no te hace fuerte, te muestra desesperado. La Argentina no se somete a tiranos".

Los opositores en cuestión son seis figuras políticas que permanecen refugiadas en la embajada argentina en Caracas, resguardados de un país que ha sido señalado por múltiples violaciones de derechos humanos. Entre los refugiados se encuentran Magalli Meda, ex jefa de campaña de Machado, y otros miembros clave de Vente Venezuela, quienes aseguran haber ganado las elecciones del 28 de julio. Sin embargo, alegan haber sido amenazados y hostigados en diversas ocasiones por las fuerzas de seguridad chavistas, que incluso han intentado ingresar a la sede diplomática, una violación del derecho internacional.

Esta situación se desarrolla en un marco de creciente tensión en la región, especialmente tras la reciente llegada de Javier Milei al poder en Argentina, quien ha sido crítico del régimen de Maduro. La comunidad internacional observa con preocupación cómo las acciones de ambos gobiernos pueden influir no solo en sus relaciones bilaterales, sino también en la estabilidad de toda la región.