Las autoridades saudíes han puesto en marcha un ambicioso megaproyecto conocido como Neom, como parte de su estrategia para diversificar la economía del país y reducir su dependencia del petróleo. Liderado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, este plan incluye la construcción de una futurista ciudad lineal que se extenderá a lo largo de 170 kilómetros, con 500 metros de altura y 200 de ancho, llamada 'The Line'. Este mega proyecto está diseñado para ser un ejemplo de innovación y sustentabilidad.

Con una inversión que supera los 500.000 millones de dólares, Neom se comercializa como el proyecto más grande del mundo, pero no ha estado exento de controversias. Organizaciones de derechos humanos, trabajadores y comunidades desplazadas han alzado voces de alarmas sobre diversas violaciones en el área de construcción.

Hasta la fecha, se reportan alrededor de 100.000 trabajadores empleados en la obra, y se han documentado incidentes alarmantes, como violaciones, suicidios y tráfico de drogas. Entre las historias más inquietantes se encuentra la de un niño de 8 años que condujo un camión y causó un accidente fatal, así como una violenta protesta generada por la mala calidad de los alimentos en un campamento de trabajadores.

A pesar de que algunos portavoces de Neom aseguran que se están realizando esfuerzos para mejorar las condiciones y la seguridad, los testimonios de los empleados indican que persisten serias deficiencias en la infraestructura de emergencia y en la vigilancia de la seguridad laboral. Informes internos corroboran que, en 2022, la situación de los trabajadores presentaba riesgos catastróficos.

Una lista de muertes laborales de 2023 indica que ocho trabajadores han perdido la vida en el lugar de trabajo, un número que, aunque parece menor en comparación con estándares de otras industrias, aún es motivo de preocupación, dado el alto riesgo de accidentes reportados, especialmente relacionados con el manejo de vehículos.

La situación para los trabajadores es compleja. Muchos provienen de países como Pakistán, Bangladesh y Filipinas, y a menudo trabajan en condiciones precarias. Existen campamentos no oficiales, donde se viven situaciones desgastantes por la falta de servicios adecuados. Además, las restricciones culturales en Arabia Saudita llevaron a algunos empleados a comprar alcohol de contrabando, lo que añade una capa extra de riesgo al ya tenso entorno laboral.

Uno de los momentos más oscuros del proyecto ocurrió en 2020, cuando los Huwaitat, una tribu local que se opuso al desarrollo de Neom, fueron nuevamente forzados a abandonar sus hogares, con trágicas consecuencias. Uno de sus líderes, Abdulrahim Ahmad Mahmoud al-Huwaiti, fue asesinado bajo circunstancias controvertidas por las fuerzas de seguridad. Informes de derechos humanos indican que varios miembros de la comunidad enfrentan ahora la pena de muerte.

Los rumores de accidentes fatales han continuado, y voces de ex trabajadores sugieren que las normas de seguridad son insuficientes. Adicionalmente, las quejas sobre el servicio de alimentación han llevado a protestas, mientras que casos de sobredosis se han reportado en el entorno de trabajo, poniendo en evidencia los efectos devastadores de la presión y las condiciones de vida exigentes.

A medida que Neom avanza, las autoridades de Arabia Saudita enfrentan una presión significativa para demostrar que su visión de un futuro sostenible y futurista no se construye sobre el sufrimiento y la inestabilidad de aquellos empleados que trabajan en sus cimientos. Esta situación deja a los observadores preguntándose si el precio del progreso realmente merece la pena.