Este martes, el diputado Diego Schalper (RN) salió al paso de las acusaciones sobre su trabajo en la Universidad San Sebastián (USS) al afirmar que combinar su labor parlamentaria con tareas académicas era 'perfectamente posible y legítimo'.

Sus declaraciones surgen tras un reportaje de El Mostrador que reveló que políticos de la derecha, incluido Schalper, tenían 'contratos suculentos' en la universidad, pero que aparentemente no cumplían con sus deberes docentes de manera efectiva. Se mencionó que la USS había servido como un 'refugio' entre campañas electorales, generando ingresos extra para sus profesores. Un caso destacado fue el de Marcela Cubillos, exministra y actual candidata a alcaldesa, quien supuestamente recibía $17 millones brutos mensuales.

Las palabras de Schalper

En un comunicado, Schalper expresó que ha estado vinculado al ámbito académico incluso antes de involucrarse en política, lo que lo llevó a perseguir un magíster y un doctorado. 'Consulté al Secretario General de la Cámara de Diputados sobre la viabilidad de realizar clases de manera paralela a mi labor, y confirmé que, según el Art. 58 de nuestra Constitución, era totalmente legítimo', enfatizó.

Desde 2020, Schalper había aceptado una propuesta de la USS para participar en un proyecto educativo que abarcaba la creación de un centro académico, clases presenciales y virtuales, charlas, investigación y publicación de artículos. También introdujo un innovador sistema de clases con realidad virtual, conocido como RETUSS.

Durante su periodo en la USS, impartió clase sobre derecho constitucional y administrativo. Aunque dejó de dar clases, mencionó que en su último trimestre tuvo clases todos los miércoles y viernes por la noche. Schalper subrayó que, a pesar de que era 'completamente posible' realizar docencia durante el día, optó por el horario nocturno, lo que también le permitió preparar material y organizar charlas con expertos convidados.

¿Qué implicaciones tiene este escándalo?

Este tipo de situaciones plantea importantes interrogantes sobre la ética en el ámbito político y académico. ¿Son estos políticos realmente dedicados a la educación o sólo buscan beneficios extra? La controversia en torno a la USS no es un caso aislado, y muchos se preguntan si hay más figuras públicas implicadas en prácticas similares. La Universidad San Sebastián, por su parte, ha tenido que enfrentar críticas por la transparencia de sus contratos y la efectividad de sus programas educativos.

La defensa de Schalper ha generado reacciones mixtas en la opinión pública, y muchos esperan una respuesta oficial por parte de la universidad. Este episodio invita a una reflexión sobre las relaciones entre política, educación y rendimiento académico en el país.