A solo diez días de asumir la presidencia, Gabriel Boric firmó un instructivo que prohíbe la contratación de parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad en organismos públicos. Este movimiento, dirigido a aumentar la transparencia y la integridad pública, buscaba evitar cualquier conflicto de interés que pudiera surgir debido al nepotismo. Sin embargo, en un giro sorprendente, la Empresa Nacional de Minería (Enami) contrató a Isabel Santibáñez Boric, prima hermana del presidente, para trabajar en el sector del litio.

Desde la Presidencia, se argumentó que, dado que el cargo es técnico y no de confianza, no había impedimento para su contratación. Sin embargo, este argumento ha suscitado críticas de expertos en transparencia, quienes señalan que la interpretación del instructivo es incorrecta. Alberto Precht, un renombrado especialista en el tema, afirma que los primos no deben ofrecer sus servicios en organismos cuyo liderazgo corresponde a un cargo de confianza exclusivo del presidente.

La conexión familiar entre Boric y Santibáñez se vuelve aún más evidente. Isabel es hija de María Angélica Boric Scarpa, hermana de Luis Boric, el padre del presidente. Según el artículo 27 del Código Civil chileno, los primos hermanos están considerados como familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad, lo que implica que su contratación contradice lo especificado en el instructivo presidencial de 2022.

A pesar de las normas claras que prohíben este tipo de contrataciones, la defensa de la Presidencia se cimenta en el hecho de que el cargo es técnico. Sin embargo, Precht sostiene que esta excepción no se sostiene desde un punto de vista legal, dado que la legislación actual prohíbe la contratación de parientes hasta el tercer grado de consanguinidad en cargos públicos, lo que refuerza el argumento de que Santibáñez no debería estar en Enami.

Además, se ha cuestionado la falta de transparencia por parte de Enami, que se ha negado a revelar el salario de Santibáñez, alegando que es información privada y protegida por la ley. Esta falta de claridad alimenta las sospechas de posible mala conducta y nepotismo dentro de las estructuras del gobierno.

A lo largo de este escándalo, la exministra de Minería, Marcela Hernando, ha expresado sus reservas sobre la decisión de contratar a Santibáñez. Hernando ha comentado que advirtió en múltiples ocasiones sobre la incompatibilidad potencial de la situación, lo que plantea dudas sobre la ética en la toma de decisiones en la administración de Boric.

La controversia se intensifica cuando se interpreta que el gobierno no solo está rompiendo sus propias reglas, sino que también está abriendo la puerta a crisis de credibilidad en un momento en que el país busca demostrar un compromiso con la transparencia y un cambio respecto a las prácticas del pasado.

Mientras el gobierno intenta navegar esta tempestad, los ciudadanos exigen respuestas claras y una rendición de cuentas sobre el uso de sus recursos y la lealtad a los principios de integridad pública. La historia de la prima de Boric en Enami puede ser solo la punta del iceberg en un sistema que aún lidia con desafíos importantes en el combate al nepotismo y la corrupción.