¿Qué ha sucedido?

Una banda criminal que aterrorizó a la Región Metropolitana de Chile ha sido condenada a más de 95 años de prisión. Se trata de una célula del Tren de Aragua, que, además de ser responsables de al menos tres secuestros, utilizaba casas de cautiverio donde sometía a sus víctimas a prácticas de tortura terribles, incluso usando un taladro.

Los oscuros métodos de la célula del Tren de Aragua

La organización delictiva operaba en una casa oculta entre galpones en la calle Zenteno, en pleno corazón de Santiago. En el caso que los llevó a la justicia, en julio de 2022, los criminales citaron a tres ciudadanos chilenos bajo la apariencia de ofrecerles drogas. Sin embargo, al llegar al lugar pactado, los secuestraron, les robaron, torturaron y pidieron un rescate exorbitante a sus familias.

Rodrigo Barrera, vocero de la Fiscalía Centro Norte, reveló el horror detrás de este acto criminal. Los delincuentes grababan videos de las torturas para enviarlos a la ciudad de Valencia, Venezuela. Desde allí, un teléfono móvil fue utilizado para extender la extorsión a las familias de las víctimas, buscando así obtener el rescatado dinero.

Los criminales abandonaron a las víctimas en la comuna de Renca tras más de 30 horas de cautiverio, cubriendo sus rostros con polerones y exigiendo que el dinero fuera reunido en menos de siete días. Gracias a la rápida denuncia ante la PDI (Policía de Investigaciones de Chile), los efectivos lograron identificar los lugares donde se mantenían prisioneros a los jóvenes.

Las consecuencias: una condena sin precedentes

En operativos subsecuentes, las autoridades lograron arrestar a siete individuos, todos de nacionalidad venezolana: seis adultos y un adolescente. Cada uno de los adultos fue sentenciado a 15 años y un día de prisión, mientras que el menor recibió una condena de 5 años y un día. En total, el grupo obtuvo 95 años de penas, estableciendo un récord no solo por la severidad de la sentencia, sino también porque es la primera vez que miembros del Tren de Aragua son condenados por delitos cometidos contra ciudadanos chilenos.

Este caso ha conmovido a la nación, y muchos se preguntan: ¿podría esto ser el principio del fin para las organizaciones criminales en Chile? La justicia parece haberse hecho justicia, pero ¿qué otro horror aguarda en las sombras?