La soledad es un fenómeno que puede tener consecuencias devastadoras para la salud física y mental, un hecho respaldado por estudios que han demostrado que su impacto puede ser tan dañino como fumar 15 cigarrillos al día. A medida que las personas envejecen, las circunstancias de la vida, como la mudanza a una nueva ciudad o la jubilación, pueden provocar un aislamiento social, lo que dificulta hacer nuevos amigos.

La Dra. Graciela Moreschi, reconocida psiquiatra, destaca que "se puede hacer amigos en todas las etapas de la vida". Muchas veces, la creencia de que hacer amigos se limita a la juventud o la infancia es un gran obstáculo. Moreschi enfatiza la importancia de salir de una mentalidad cerrada y abrirse a nuevas experiencias y relaciones.

Según la Dra. Moreschi, muchas personas se sienten incapaces de hacer nuevos amigos porque creen que "ya no es posible" en esta etapa de sus vidas. Sin embargo, es crucial desafiar esa idea limitante y conservar una red social vibrante y dinámica. La esencia de la amistad radica en estar presentes el uno para el otro, en compartir intereses y en crear nuevas memorias y experiencias.

Las amistades no solo se cultivaron durante las etapas tempranas de la vida; también pueden desarrollarse en la adultez a través de intereses comunes, como actividades recreativas, grupos comunitarios o incluso en un entorno de trabajo. Estas relaciones pueden enriquecer nuestras vidas y ofrecer un apoyo emocional crucial, algo que se vuelve especialmente relevante con el paso del tiempo.

Un estudio reciente del Centro para el Envejecimiento Cerebral Saludable en Australia encontró que aquellos que viven y participan activamente en grupos comunitarios tienen una mayor esperanza de vida y un deterioro cognitivo más lento. Además, interactuar con otros fomenta la salud del cerebro, ya que el intercambio social ayuda a mantener agudas las relaciones interpersonales y las habilidades cognitivas.

No obstante, no se trata solo de cantidad, sino de calidad en las relaciones. La psicóloga María Fernanda Rivas define a un verdadero amigo como alguien con quien podemos ser nosotros mismos, sin máscaras, y con quien compartimos momentos significativos a lo largo del tiempo. Esta intimidad es esencial para formar lazos duraderos.

Recientemente, el psicólogo Robin Dunbar sugirió que el número ideal de amigos cercanos se sitúa alrededor de cinco, dentro de un círculo de aproximadamente 150 relaciones. Para desarrollar nuevas amistades, la apertura y la búsqueda de actividades que nos apasionen son clave. Participar en talleres o grupos que despierten nuestro interés puede ser un excelente punto de partida para conocer a las personas que comparten nuestras pasiones.

Por su parte, la Dra. Marisa Franco propone estrategias prácticas para fomentar nuevas amistades. Recomienda mantener una comunicación regular y celebrar juntos los logros, así como expresar gratitud, lo que fortalece los lazos emocionales. Mantener encuentros regulares, incluso chats cortos, puede hacer una gran diferencia en la relación con nuestros amigos.

En conclusión, hacer nuevos amigos después de los 50 no solo es posible, sino que puede enriquecer nuestras vidas de manera significativa. La clave está en abrirse a nuevas experiencias, estar dispuestos a participar y valorar las conexiones humanas genuinas. Recuerda, ¡tu próxima gran amistad podría estar a solo una conversación de distancia!