
Elizabeth Comen, oncóloga: "Las mujeres debemos dejar de disculparnos por nuestras necesidades médicas y empezar a hacer preguntas para mejorar nuestra vida"
2025-03-08
Autor: Lucas
Desde la impresionante narrativa de Elizabeth Comen, oncóloga y autora del libro "No seas exagerada", somos confrontados con una dura realidad: la desigualdad de género en la medicina. Comen inicia su reflexión haciendo alusión a un revelador caso arqueológico, donde los restos de un guerrero vikingo resultaron ser los de una guerrera. Este descubrimiento, que desafió las narrativas históricas masculinas, subraya cómo las instituciones han ignorado o desvirtuado la presencia de mujeres en roles históricos significativos.
La científica Anna Kjellström y la arqueóloga Charlote Hedenstierna-Jonson fueron fundamentales para corroborar que la guerrera era, efectivamente, una mujer, desafiando los prejuicios que han dominado el campo histórico y médico. "La visión de aquellos que solo ven lo que quieren ver ha costado a la historia el reconocer y celebrar a múltiples mujeres que han contribuido a la humanidad", explica Comen, señalando la necesidad de una revisión crítica del pasado.
Pero el mensaje de Comen va más allá de un examen histórico: es un llamado a la acción en el presente. Su libro es un reclamo claro y necesario para que las mujeres tomen el control de su salud, formulando preguntas y demandando atención adecuada, en lugar de adaptarse a un sistema que tradicionalmente ha estado diseñado por y para hombres. Explica que los estudios médicos han ignorado por demasiado tiempo las diferencias fisiológicas y biológicas que afectan la salud de las mujeres, llevando a diagnósticos y tratamientos que no siempre son efectivos.
Se ha revelado que muchos tratamientos médicos no solo son inadecuados, sino que pueden ser perjudiciales debido a esta falta de representación de la mujer en la investigación. Comen destaca que las mujeres a menudo tienen experiencias de salud muy diferentes a las de sus contrapartes masculinas, y esto es algo que el sistema médico necesita abordar urgentemente.
A lo largo de su carrera, Comen ha sido testigo de cómo las mujeres a menudo ocultan sus necesidades debido a un sentimiento de vergüenza. Narra el caso de una paciente que, tras una mastectomía, se presenta con un pezón adhesivo debido a su incomodidad con su apariencia. Este tipo de vergüenza, según Comen, está profundamente arraigada en la cultura médica y social, donde las mujeres han sido históricamente enseñadas a pedir disculpas por sus necesidades y emociones.
Con un llamado a un enfoque más humano y holístico en la medicina, Comen argumenta que se necesita reconocer a la mujer no solo como un cuerpo sujeto a enfermedades, sino como una persona con experiencias, emociones y necesidades únicas. La inclusión de la perspectiva femenina en la práctica clínica no solo beneficia a las pacientes, sino que también enriquece la práctica médica en su conjunto.
Concluye afirmando que el camino hacia la igualdad de género en la medicina no debe solo consistir en tener más mujeres en el campo médico, sino en cambiar cómo se entiende y se trata a las mujeres dentro del sistema. La verdadera transformación vendrá al dotar a las profesionales de la salud de las herramientas y el espacio para considerar a sus pacientes como individuos completos, promoviendo un enfoque más empático y personalizado en la atención médica. En un mundo donde la medicina necesita desesperadamente adaptarse a las necesidades de todos sus pacientes, el mensaje de Elizabeth Comen resuena fuertemente: es hora de dejar de disculparse y empezar a preguntar.