El 5 de marzo fue el Miércoles de Ceniza, un día significativo para millones de católicos que asisten a misa y reciben una cruz de ceniza en la frente, un símbolo de humildad y reflexión.

En medio de este contexto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, fue visto en una entrevista en vivo con Fox News luciendo la cruz de ceniza en su frente, lo que desató un intenso debate sobre la visibilidad de la fe en la política del país.

Aunque el tema de la entrevista era la política exterior, la atención de los espectadores rápidamente se desvió hacia la marca en su frente. Cuando el presentador le preguntó al político sobre este símbolo religioso, Rubio respondió: "Hoy es Miércoles de Ceniza, un día de reflexión y humildad".

El secretario continuó explicando: "Para millones de católicos en Estados Unidos y en todo el mundo, es un día que nos recuerda nuestra fragilidad y la importancia de hacer el bien". Su afirmación resonó con muchos, pero también suscitó críticas de otros sectores.

Mientras algunos desde su partido y comunidades religiosas elogiaban su gesto, otros críticos argumentaron que esto podría ser una estrategia para atraer el voto de los cristianos más devotos. Grupos que abogan por la separación de Iglesia y Estado recordaron que la fe es un asunto personal y que los funcionarios públicos deben mantener su creencia personal separada de su función pública.

Hasta el momento, el Departamento de Estado no ha emitido una declaración oficial sobre el gesto de Rubio, pero fuentes cercanas indican que el político de ascendencia cubana no ve la expresión de su fe como incompatible con sus funciones diplomáticas.

Cabe recordar que el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, una temporada de preparación para la Pascua que invita a la reflexión y el arrepentimiento. Esta fecha es móvil y varía cada año, lo que hace que muchos se pregunten sobre su significado profundo en el contexto actual.

El evento ha suscitado no solo elogios y críticas, sino también un debate sobre la importancia de la fe en la práctica política, abriendo la puerta a la reflexión sobre cómo los valores personales de los funcionarios influyen en sus decisiones públicas. ¡Lo que comenzó como una tradición religiosa se ha convertido en un tema candente en la política estadounidense!