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El Rancho Izaguirre: Un Campo de Terror y Exterminio en México

2025-03-17

Autor: Benjamín

Ubicado en la región agrícola de Teuchitlán, a tan solo una hora de la bulliciosa ciudad de Guadalajara, el Rancho Izaguirre ha sacudido a México con inquietantes revelaciones. Este terreno, que se extiende por unos 10,000 metros cuadrados y está rodeado de muros perimetrales, ha sido escenario de horrores inimaginables que han salido a la luz en los últimos meses.

Las investigaciones llevan a señalar que este rancho funcionó como un siniestro campo de exterminio utilizado por el cártel Jalisco Nueva Generación, no solo para reclutar y entrenar a jóvenes, sino también para eliminar a quienes interfirieran en sus lucrativos negocios criminales.

Lo que inicialmente parecía ser un simple terreno agrícola se transformó en un foco de horror cuando a principios de marzo de 2025, miembros de la organización civil Guerreros Buscadores de Jalisco encontraron fosas clandestinas y restos óseos durante una búsqueda. Estos investigadores, formados por familiares de desaparecidos, han jugado un papel crucial en exponer la oscura realidad que se esconde en este sitio.

El descubrimiento de este campo de exterminio no llegó sin sus polémicas. A pesar de que las autoridades realizaron una inspección en septiembre de 2024, no encontraron indicios significativos en ese entonces. Sin embargo, meses más tarde, Guerreros Buscadores no solo hallaron cuerpos calcinados, sino también indicios de tortura, lo que conmocionó a las familias de desaparecidos.

Indira Navarro, portavoz de esta organización, ha compartido su dolor personal al buscar a su hermano, Jesús Hernán, desaparecido desde 2015. Durante la búsqueda en el rancho, encontraron una multitud de pertenencias, incluyendo ropa y calzado que evocaron escenarios históricos de guerras y exterminios. De hecho, Navarro afirmó que las condiciones del rancho son indiscutiblemente las de un sitio de exterminio.

La Fiscalía de Jalisco ha informado sobre la recuperación de 493 prendas de vestir y el descubrimiento de tres hornos enterrados, que se suman a un total de seis lotes óseos localizados en diversas áreas del rancho. La naturaleza de los hallazgos ha llevado a los investigadores a concluir que el lugar fue utilizado para llevar a cabo numerosos asesinatos, de manera sistemática y planificada. La macabra modalidad de ocultar los cuerpos bajo los escombros y deshacerse de ellos a través de calcinación añade un nivel de horror que es difícil de concebir.

El fiscal general del país, Alejandro Gertz Manero, ha hecho énfasis en la incredulidad respecto a que las autoridades locales no tuviesen conocimiento sobre la brutalidad que ocurría en el lugar. Se ha dicho que la responsabilidad debe ser asumida a todos los niveles, y se promete investigar cualquier complicidad que haya podido existir entre las autoridades y el cártel.

Asimismo, la presidenta Claudia Sheinbaum consideró las revelaciones como ‘dolorosas’, instando a los organismos responsables a esclarecer los hechos antes de que la situación se convierta en un encubrimiento masivo. El alcalde de Teuchitlán, José Ascensión Murgía Santiago, se ha mostrado dispuesto a colaborar con la investigación, a la vez que lanza un desafío a que otros también sean investigados.

La conmoción provocada por el Rancho Izaguirre no solo refleja la lucha de las familias, sino también la extendida crisis de violencia en México, donde el crimen organizado se ha asentado en diversas regiones. Las implicaciones de estos descubrimientos podrían tener un impacto radical en la percepción de la seguridad y la justicia en el país, desafiando a las autoridades a actuar frente a este oscuro legado de crimen y sufrimiento.