El primer ministro libanés, Najib Mikati, ha tomado una decisión trascendental al cancelar su viaje a Nueva York, donde iba a asistir a la Asamblea General de la ONU. Este anuncio llegó en un momento crítico para Líbano, luego de una serie de brutales ataques israelíes que han dejado devastación, con decenas de muertos y miles de heridos.

"A raíz de la reciente agresión israelí en Líbano, decidí no viajar y coordinar urgentemente con el Ministro de Asuntos Exteriores para abordar la situación diplomática del país", afirmó Mikati en un comunicado, subrayando la gravedad de los acontecimientos que han sacudido a la nación.

El primer ministro destacó que tenía la intención de intensificar la acción diplomática libanesa en la ONU, buscando detener lo que calificó de 'constante agresión israelí' y las masacres cometidas, pero su prioridad ahora era atender la crisis humanitaria desencadenada por los ataques.

Mikati hizo un llamamiento ferviente a la comunidad internacional para que adopte una postura clara contra estos crímenes horrendos y, además, solicitó que se implementen 'leyes internacionales' que neutralicen el uso de tecnología militar contra objetivos civiles.

En esta semana, Líbano ha sufrido tres ataques devastadores, resultando en la trágica pérdida de 70 vidas y más de 3,000 heridos, según el último balance del Ministerio de Salud Pública. Las trágicas cifras incluyen a las víctimas del ataque a un edificio en el Dahye, un suburbio del sur de Beirut, conocido bastión de Hezbolá, donde 37 personas fueron asesinadas y 68 más resultaron heridas. A esto se suman las explosiones de dispositivos de comunicación que sacudieron diversas ciudades, amplificando el caos y el sufrimiento del pueblo libanés.

La tensión en la región sigue en aumento, y la situación humanitaria se agrava con cada nuevo ataque. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación, y la pregunta persiste: ¿cuál será el próximo paso de Líbano en esta lucha por la paz y la justicia?