
El párkinson: un viaje desde la liberación hasta la aceptación
2025-04-07
Autor: Pedro
Hace dos años, la vida de Miguel cambió drásticamente tras recibir un diagnóstico que para muchos podría haber sido devastador. A sus 53 años, los síntomas, que inicialmente atribuyó a la depresión, comenzaron a volver su vida un desafío. Sus amigos y familiares notaron que arrastraba la lengua, mostraba una lentitud inusual y tenía un rostro monótono. Perdió varios empleos, y su salud mental se deterioraba. Finalmente, después de perder parte de la sensibilidad en su mano, consultó a un neurólogo que le dio la noticia que cambiaría su vida: "Puedes cancelar la cita con el traumatólogo: tienes párkinson". Aunque se sintió abatido, Miguel pronto descubrió que esta realidad también traía respuestas y liberación a las incógnitas de su vida. Actualmente, con 55 años, mira hacia atrás y sostiene que su botella está "totalmente llena". "La medicación ha sido mi salvación", afirma con determinación.
El párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común, con el Día Mundial del Párkinson celebrándose en breve. En España, alrededor de 150.000 personas conviven con esta enfermedad. Gracias a los avances en la investigación, los pacientes ahora pueden esperar una calidad de vida similar a la de la población general. Medicamentos, ejercicio regular y hábitos saludables son fundamentales para mejorar el bienestar del paciente. No obstante, Miguel es parte de un grupo minoritario (10%-20%) que recibe el diagnóstico a una edad temprana, alrededor de los 50 años o incluso antes.
Uno de los rostros más reconocidos del párkinson es el del actor Michael J. Fox, quien fue diagnosticado a la temprana edad de 29 años, lo que es poco común.
Consciente del estigma, Miguel prefiere no revelar su nombre real ni mostrar su foto. Aunque sus amigos y familiares conocen su lucha, aún no ha hecho público su diagnóstico en el trabajo. Desea seguir siendo activo y dejar atrás la etapa en la que perdió trabajos, bromeando al decir que perdía empleos "como quien pierde mecheros Bic": cinco en cuatro años. Atribuyó su situación anterior a un desequilibrio personal sin saber que había un problema subyacente más serio. Notó los primeros síntomas del párkinson en 2017, durante un MBA que terminó en estrés grave y trastornos de ansiedad, lo que eventualmente lo llevó a dejar su trabajo.
La enfermedad, conocida como "la enfermedad de las mil caras", presenta una variedad de síntomas y a menudo se diagnostica alrededor de los 65 años, aunque puede comenzar a desarrollarse años antes. Esta espera entre el inicio de la enfermedad y el diagnóstico puede dar lugar a una enfermedad neuronal considerablemente avanzada.
La aceptación del diagnóstico es un paso crucial. A diferencia de lo que ocurre con muchos pacientes, Miguel decidió abrazar su situación desde el primer momento. Tomó medicación, regularizó su rutina de ejercicios y dejó el alcohol. Además, se unió a la Asociación Párkinson Vigo, donde puede conectarse con otros pacientes que, como él, ven el vaso medio lleno y tiene acceso a profesionales en logopedia y psicología.
A través de este apoyo, Miguel ha experimentado mejoras significativas en su condición física y mental. Notable es su sentido del humor al hablar sobre sus dificultades. Por ejemplo, recuerda cómo antes tenía dificultades para utilizar su mano izquierda, pero ahora ha recuperado parte de su control motor.
Sin embargo, los síntomas no motores, como episodios de ansiedad, depresión y apatía, han sido igual de desafiantes. Estos problemas no solo afectaron su vida laboral, sino también su relación con su pareja, que mejoró tras recibir ayuda especializada. Desde su adolescencia, Miguel ha lidiado con episodios de ansiedad, lo que dificultaba reconocer la llegada del párkinson. Para él, recibir el diagnóstico fue una revelación liberadora, permitiéndole entender lo que estaba pasando en su vida.
Con el deseo de ayudar a otros, Miguel ha plasmado sus experiencias en un relato biográfico dirigido a quienes padecen o sospechan que pueden padecer esta enfermedad. "La enfermedad me acompañará el resto de mi vida, así que es mejor aprender a convivir con ella", reflexiona Miguel, quien ofrece un contacto por correo (rarparkinson@gmail.com) para quienes desean leer su relato. Su mensaje a los recién diagnosticados es claro: "Mantente positivo; el vaso está lleno y siempre lo estará".
En un mundo donde las enfermedades crónicas a menudo se perciben como una carga, Miguel nos recuerda que hay una luz al final del túnel y la importancia de mantener una actitud optimista frente a lo que parece ser un avance inexorable.