Deportes

El olvidado 'Carucha' brasileño: la trágica historia de Renato en Colo Colo

2025-09-17

Autor: Joaquín

Renato: Un viaje sin gloria en Colo Colo

La lista de brasileños que han dejado huella en el legendario Colo Colo no es extensa. Entre los nombres más sobresalientes se encuentran Severino Vasconcelos, Elson Beyruth y Emerson Pereira, quienes marcaron una era con su extraordinaria contribución al equipo. Sin embargo, entre ellos se encuentra una historia que no es tan brillante: la de Renato Lopes Texeira da Silva, conocido simplemente como Renato, un delantero que llegó con grandes expectativas pero se quedó en el olvido.

Tras la salida de Vasconcelos en 1985, Colo Colo buscaba replicar su éxito fichando a Renato, quien había sido goleador en su país. La esperanza era que su llegada al fútbol chileno fuera un trampolín hacia una carrera estelar, pero la realidad fue muy distinta.

Un paso fugaz y decepcionante

La estadía de Renato en el club fue desastrosa. A pesar de haber anotado un gol en 1986 durante la Copa Polla Gol Lan Chile, su participación fue mínima y se diluyó rápidamente. Su rastro en el equipo se desvaneció, y tras apenas tres partidos y un gol, fue enviado de regreso a Brasil, dejando tras de sí un legado de desilusión.

El apodo que marcó su paso

Al mencionar el apodo 'Carucha', muchos aficionados recuerdan a Adrián Fernández, un delantero argentino que también pasó por Colo Colo. Sin embargo, el apodo en sí tiene raíces más profundas, asociado a quienes tienen una “cara redonda”. Renato, al llegar a Chile, reveló que era conocido como 'O Carão', un apodo similar que también resonó en el corazón de los hinchas.

De la decepción al éxito

A pesar de su breve y poco destacable paso por Colo Colo, la vida de Renato dio un giro inesperado. En 1988 se consagró campeón de la Serie A de Brasil con el Bahía y, poco después, logró sus éxitos con otros clubes brasileños como Vitória y Brasil de Farroupilha, donde se convirtió en ídolo.

Un nuevo capítulo en su vida

Hoy en día, Renato vive en Farroupilha, donde ha encontrado otro propósito al dirigir la selección sub-17 de la ciudad. Está casado y disfruta de su familia, aprovechando la vida tras aquellos días olvidados en el fútbol chileno.

La historia de Renato es un recordatorio de que no todos los caminos en el fútbol son gloriosos, pero a veces el destino nos da segundas oportunidades en lugares inesperados.