Ciencia

El miedo en las ingenierías: ¿Recortes en Física y Química en el bachillerato científico?

2024-12-22

Autor: Emilia

Las universidades públicas catalanas, representadas por la ACUP, han alzado la voz ante los cambios inminentes en el bachillerato científico, especialmente la disminución del peso que el trabajo de investigación tiene en las calificaciones. Este es un pilar fundamental del sistema educativo en Cataluña. Actualmente, los alumnos de primer curso tienen la opción de escoger dos materias de un total de seis bajo el esquema de "modalidad". Sin embargo, la reciente adaptación a la Ley de Educación Lomloe ha reducido este número a cuatro, fusionando materias como física y química, así como biología y geología. En el segundo curso, estas materias vuelven a ser independientes, lo que da lugar a una pérdida de horas lectivas que ahora se redistribuyen entre proyectos centrados en los intereses y necesidades del alumnado.

Este nuevo modelo educativo amplía el número de disciplinas que se pueden cursar, aumentando la variedad, pero también provoca una falta de profundidad en las áreas de estudio. Los docentes de ciencias han expresado su preocupación, ya que los estudiantes que llegan de 4º de ESO a 1º de bachillerato provienen con un nivel de preparación disminuido. Existe una seria inquietud sobre cómo los proyectos interdisciplinares podrán compensar las horas que antes eran consideradas obligatorias.

En respuesta a estas inquietudes, Educación está considerando la implementación de más asignaturas optativas que se alineen con las materias que han sido fusionadas, intentando así complementar los aprendizajes de los alumnos a los que se ven obligados a renunciar.

Todo esto sucede en un contexto donde la demanda de profesionales en el ámbito científico y tecnológico es alta, pero el número de titulados no cubre esta necesidad. Por ejemplo, en el sector de la ingeniería, que ofrece altos salarios y bajos índices de desempleo, el promedio de estudiantes en España es inferior a la media europea. Esto ha llevado a la urgencia de fomentar vocaciones STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas).

Montse Pardàs, vicerrectora de política académica de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), ha señalado la necesidad de estabilidad en el sistema educativo y ha criticado el constante cambio de currículos cada dos años, lo que perjudica a los futuros estudiantes. Según ella, los alumnos que muestran interés en áreas tecnológicas desde primero de bachillerato deberían recibir formación adecuada en disciplinas clave como física, química, matemáticas avanzadas y tecnología. Desafortunadamente, muchos llegan a la universidad sin haber cursado estas materias esenciales, lo que crea serias carencias formativas que dificultan su progreso educativo.

Pardàs ha manifestado que, si tuviera la oportunidad, enviaría una carta a los Reyes Magos solicitando un aumento en la formación en tecnológico y matemáticas e incluso la inclusión de estudios en programación y digitalización, para así despertar el interés de los jóvenes en estas áreas: "No eliges lo que no conoces", señala.

La apuesta del gobierno catalán por las ciencias tiene sus raíces en finales de los años 90, cuando se comenzó a implementar una mayor carga lectiva en formación científica para jóvenes que se preparaban para acceder a la universidad. Esto no solo significó más horas de clases en materias científicas, sino también la obligación de realizar un trabajo de investigación que ampliaba la cultura científica del alumnado. Este trabajo se lleva a cabo durante el primer curso y el primer trimestre del segundo año, dejando el resto del tiempo para la preparación de las pruebas de acceso a la universidad en junio.

Vale la pena mencionar que este trabajo tiene una carga horaria de 70 horas y representa un 10% de la nota final de bachillerato. Se busca dar relevancia a esta nota para incentivar la calidad en la presentación de trabajos, un elemento que la comunidad educativa valora enormemente. No obstante, la reciente adaptación a los currículos estatales ha reducido este peso a solo el 5%.

Hasta el momento, Educación no ha informado si agotará las negociaciones o acciones legales con el Ministerio de Educación para mantener este aspecto clave del currículo, argumentando que desde hace años se trabaja en este sistema sin cuestionarlo. También es importante señalar que el Real Decreto de Currículos de 2022 fue implementado sin que la Generalitat lo impugnara, lo que ha dejado un sentimiento de desconcierto en la comunidad educativa.